Lluvia de problemas en la "plantà"

El agua cae de forma persistente en uno de los días críticos del calendario

Los artistas cuentan con que el sábado deja de llover, pero habrá prisas por acabar las escenas

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

València

No es la primera vez, ni de lejos, que la «plantà» es atacada por la lluvia. De hecho, la pasada década se llegó a plantear, en una reunión de altas instancias, si retrasar un día el paso del jurado. Eso, por no hablar de la dana de aquella noche de la plantà de las Fallas de Septiembre y tantas otras veces que el agua ha llegado para enseñorearse del entorno. 

La falla infantil de Conde Salvatierra, cubierta completamente con plásticos

La falla infantil de Conde Salvatierra, cubierta completamente con plásticos / Francisco Calabuig

Nunca es un buen día, durante el periodo de plantà, para que haya lluvia. Pero en las jornadas de jueves y viernes es delicada, pero podía haber sido peor, porque los granes volúmenes -si hablamos de la Especial, estaban casi todos subidos-. Un remate no completo es un agujero por el que entra el agua. Como en aquella figura de Pedro Santaeulalia en Convento Jerusalén que se le embolsó en el bajo vientre, hubo que abrirla, drenarla, taparla y repintarla. En tiempo récord para que no se notara nada. Este viernes era normal ver fallas totalmente plantadas, pero con improvisadas fuentes de agua que caían por sus vericuetos. 

Plantà en Músico Gomis, con falla y su reflejo

Plantà en Músico Gomis, con falla y su reflejo / Moisés Domínguez

Y antes aún era peor

Los nuevos materiales resisten más lo que es la estabilidad del monumento. Antaño, una falla de cartón muy remojada acababa por disolverse -como todo cartón humedecido-. El corcho blanco resiste eso sin problemas. No tanto la pintura, que puede llegar a desfigurar el ninot o el remate, obligando a un esfuerzo suplementario. Mucho peor para el artista es el viento, que es que que derriba todo el trabajo de un año. Y lo de los dos minutos de granizo de hace unos días fueron, como comentaban los artistas, el peor momento de sus vidas. 

La «plantà», por todo ello, transcurrió mala y fea durante toda la jornada. «Como día de grúa es muy complicado» decía José Ramón Devís. Y queda sólo un día para todo lo demás: arrimar las escenas. Un proceso que se antoja tendrá que hacerse apresuradamente y con la colaboración de los falleros de las comisiones. Porque antaño, las fallas tenían como base unos escenarios -el cadafal- de un par de palmos de altura y sobre ellos se ensartaban los ninots. Ahora son obras de decoración, con piedras de colores, plantas, yesca, césped y todo tipo de aditamentos. Eso sí, para mañana ha terminado la inestabilidad y los artistas falleros podrán finalizar y, en todo caso, trasladar los problemas -sin quererlo ni desearlo- a los falleros, que tendrán que afrontar, del 16 al 19, cuatro días grandes en los que puede pasar de todo. 

Carpa del Mercado Central con trozos de la falla en su interior

Carpa del Mercado Central con trozos de la falla en su interior / Moisés Domínguez

Este mal estado del tiempo ha propiciado también que a las carpas se les haya acelerado la utilidad: no son pocas las que han guardado en su interior piezas de tipo medio y escenas, de esas que no precisan de grúa, a la espera de apurar al máximo. 

Las infantiles, con toldos

La plantà de las fallas infantiles contaron con una ventaja: los templetes de mecanotubo que, con la correspondiente loneta, normalmente sirven para darles empaque, pero que ahora hace las veces de impermeable. Las hay, como Conde Salvatierra, que incluso rodearon su falla infantil de un gran rollo plástico para evitar, en toda la medida de lo posible, la entrada de agua.

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