Atascos, pasos peatonales bloqueados, metro saturado y calles a tope con el centro a rebosar en pleno sábado de fallas

Desde primera hora de la mañana, miles de peatones se ha echado a la calle

Colapso en el paso inferior entre Germanías y Bailén

Germán Caballero

València tenía ganas de Fallas tras tantos días de lluvia y mal tiempo. Durante todo el día, la afluencia de público al centro y a las principales puntos neurálgicos de la fiesta se ha hecho patente con calles llenas, tráfico denso y colapsos en la mascletà. A medida que avanza el día, la situación no mejora y ahora mismo el centro es una balsa humana.

Miles de personas quieren aprovechar el sábado fallero y se ha echado a la calle hasta el punto de colapsar algunos pasos subterráneos como el peatonal que une la calle Bailén con Ramón y Cajal y Russafa. No cabe una aguja y los peatones apenas pueden acceder al paso subterráneo y se agolpan en los accesos. El el embudo se ha creado en la zona de la Gran Vía, porque hay salidas, una que da a la avenida y otra a la calle Cuba.

Paso de Bailén a Russafa, totalmente bloqueado

Paso de Bailén a Russafa, totalmente bloqueado / Abraham Pérez

Este punto neurálgico de la ciudad es ahora mismo una ratonera. Se ha empezado a acumular la gente que entra para cruzar a Bailén con la gente que quiere salir hacia Russafa.

Plaza del Ayuntamiento y Xàtiva, a rebosar

Si Russafa experimenta problemas ahora mismo por el colapso de peatones que quieren entrar o salir hacia Bailén, otro de los puntos que ahora mismo está a rebosar es el entorno de Xàtiva y Plaza del Ayuntamiento. El peregrinaje en plena nit de la plantà convierte el cuadrante Russafa, Xàtiva, Bailén y Ayuntamiento en una marea humana. El objetivo: ver de primera mano los últimos detalles de los principales monumentos

Decenas de miles de personas colapsan el barrio de Russafa

Decenas de miles de personas colapsan el barrio de Russafa / Abraham Pérez

Russafa cuelga el ‘sold out’

El barrio valenciano de Russafa ha colgado el cartel de completo. Centenares de vecinos y turistas han aprovechado la tregua que ha dado el tiempo para pasear por el barrio del cap i casal y disfrutar de las calles iluminadas que desde hace una semana engalanan el vecindario.

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