Historias de la Ofrenda

El recuerdo de la dana en la ofrenda: Las emociones que vinieron del sur

Las seis comisiones afectadas por la dana, pertenecientes a las pedanías, estrenan el desfile con alegorías a todo lo sufrido desde el mes de octubre y con la necesidad de encontrar la normalidad

Canastilla de una de las comisiones afectadas por la dana

Canastilla de una de las comisiones afectadas por la dana / Moisés Domínguez.

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

València

La Ofrenda empezó puntual y lo hizo, por la calle de la Paz, con el sector de Poblats al Sud. Entreveradas con Pinedo, El Perellonet, El Palmar o similar, estaban las seis comisiones afectadas por la dana, las de La Torre, Castellar-L’Oliveral y Forn d’Alcedo. «Es la mejor forma de regresar, pero siempre recordaremos lo pasado», comentaban entre las filas. Había estandartes nuevos o restaurados, crespones negros, como los de Hellín-Giménez y Costa -donde perdieron a uno de sus fundadores- y hasta senyeras nuevas, regaladas por comisiones hermanas. Momentos emotivos que no faltaron, pero con mensajes que incluso hablan de una solidaridad extrema: «La falla María Ros-Manuel Iranzo está con las víctimas y afectados de la dana», se leía en la canastilla de la comisión de la finca Camáñez. Toda una paradoja si se tiene en cuenta que ellos mismos fueron no afectados, sino muy afectados, tanto en el casal como en las pertenencias.

Fue un desfile tranquilo, sin sobreactuación ni especialmente lleno de alusiones. Iban más dentro que fuera. «Venimos porque tenemos que regresar. Porque el futuro ha empezado», aunque, tal como se reconocía, «queda mucho por hacer a partir de ahora». Aún continuarán los actos con los homenajes el 19 de marzo. Unas botas procedentes de Paiporta fueron otra alegoría dentro del desfile. A falta de la del manto.

En el otro lado de la balanza, la esperanza. Incrustados entre los afectados desfilaron las dos nuevas comisiones: Turianova y Moreras. n

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