La falla Telefónica, desolada por el fallecimiento de su fallero mayor recién elegido

La falla Telefónica se ha ensombrecido nada más empezar el ejercicio, después de comunicar el fallecimiento de su Fallero Mayor, José Luis Cerrillo, cargo para el que fue elegido hace menos de un mes, la misma noche del 19 de marzo pensando ya en las Fallas 2026 y siguiendo la tradición que mantiene desde hace décadas esta comisión y en el que la elección la llevan a cabo exclusivamente las mujeres de la misma. 

Recién nombrado y recién jubilado, ya había superado un cáncer. Ahora se aprestaba a pasar un año especial después de que, el 19 de marzo, se le impusiera la banda de un cargo muy querido en la comisión. Porque ser elegido "fallero mayor" es, precisamente, señal de que se es cercano, empático y fallero.

No formaba parte de la junta directiva pero, tal como dicen en la comisión, "trabajaba como el que más". Formaba parte del grupo de Paco Romero o Álvaro Moliner pero era, sobre todo, un fallero de todos, de casal y de disfrutar. "Divertido, generoso y buena persona". 

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Una elección de aprecio

El fallero mayor es una costumbre de la comisión de Ribera-Convento Santa Clara desde hace ya más de cuarenta años. Mucho antes de que se debatiera -tenuemente- la posibilidad de que los hombres puedan ostentar el cargo representativo de la comisión, esta comisión instauró su figura representativa no oficial, que ha superado los 40 años y que, sobre todo, es una forma de mostrar aprecio por la persona elegida. Es, sobre todo, una forma de mostrarse que se es querido. Como lo era, en este caso, José Luis. 

Este año no habrá blusón tuneado ni comida o cena del fallero mayor. Este año será un recuerdo permanente: el de José Luis.