Las Fallas insisten en que quieren comprar casales

El aumento del precio de los alquileres y la presión de apartamentos turísticos lleva a las comisiones a reclamar ayudas para adquirir los inmuebles

Fachada de un casal fallero: el de Cuba-Literato Azorin

Fachada de un casal fallero: el de Cuba-Literato Azorin / Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

València

A nadie le hace gracia tener que hacer un desembolso grande. Y en el caso de las Fallas, es previsible imaginar que, en ese caso, se corre el riesgo de que quien pague los platos rotos sea el monumento. Pero la asamblea de presidentes del mes de mayo ha dejado claro que hay un interés, cada vez mayor, entre las comisiones, de autoimponerse un yugo en forma de hipoteca. Todo con tal de adquirir en propiedad un casal. 

La razón: el efecto dominó del actual mercado de la vivienda, el aumento de los precios de los alquileres y la presión por los apartamentos turísticos. Aunque, en este sentido, el concejal Santiago Ballester recordó que hay una moratoria. Esa que impide más autorizaciones a la espera de una nueva normativa que, asegura el ejecutivo municipal, "será la más restrictiva de España".

El caso es que la presión existe y las comisiones están dispuestas a adquirir los inmuebles. El hecho de estar formadas por muchas personas permite tener músculo financiero -a costa de algunos sacrificios, como queda dicho-. Y prueba de ello es que, en la primera época de compras, firmadas desde finales del pasado siglo, ninguna comisión fue despojada de su casal por impago. 

Ahora hay un problema: en aquella ocasión, el entonces Concejal Alfonso Grau consiguió un acuerdo para conseguir créditos blandos, de los que el ayuntamiento asumía una parte de los intereses y era avalista de las comisiones. Ahora, con la ley en la mano, esto ya no se puede hacer. Por lo que hay que buscar otra intermediación financiera. 

La única posibilidad de ayuda, la SGR

Ballester ha anunciado una nueva reunión para la próxima semana con la Sociedad de Garantía Recíproca de la Comunitat Valenciana (AFÍN SGR), entidad dependiente del Institut Valencià de Finances (IVF) que se dedica precisamente a la prestación de garantías que permitan el acceso, facilitación y abaratamiento del crédito a las pequeñas y medianas empresas de la Comunidad Valenciana. Es decir, meter en el paquete de "pymes" a las comisiones de falla, que son Asociaciones Culturales sin Ánimo de Lucro. El objetivo sería conseguir esa salvaguarda en forma de crédito blando para que las comisiones pudieran constituir las hipotecas. 

Uno de los ejemplos de ahogamiento fue el de la comisión de Séneca-Yecla, comisión ubicada en Algirós, cerca de las universidades y dentro de una de las consideradas zonas tensionadas, que aseguró que cada vez es más difícil mantener siquiera el alquiler por la presión de los arrendadores. 

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