¿Por qué es tan especial el Corpus de València? Todos sus actos y significado
La "Festa Grossa" destaca por su riqueza de contenidos y la participación multitudinaria, aunque no goza del reconocimiento y la fama que merece

La Moma, uno de los elementos distintivos, baila el domingo a mediodía / Germán Caballero

La ciudad de València se apunta a todo el calendario festivo. Y si se aplica la comparativa con otras ciudades, más allá de que no hay fiesta que se acerque al concepto "breathtaking" de las Fallas, hay una que carece del foco que merece de sobra. Por su historia y su riqueza de contenido. Esa es el Corpus Christi.
A la vez, es una fiesta poco comprensible por ser extremadamente figurativa. Es una metáfora en sí misma y solo al final, con el paso de la Custodia, se recuerda que es la exaltación de la Eucaristía. Pero en València es, sobre todo, un ejercicio práctico de Catecismo para un pueblo que, hace siglos, no tenía a su alcance resortes educativos y la Religión era, obviamente, una de las enseñanzas sobre la que hay, había, que insistir.
El Corpus es una fiesta pujante porque dispone de músculo social: Amics de Corpus es como una gran comisión ciudadana que se encarga de darle contenido junto a la participación de grupos de baile, colegios y autoridades.
La consecuencia es una colección de elementos y eventos en una gran amalgama. Difícil de digerir para el público porque es una metáfora en sí misma, pero que acumula un más que interesante patrimonio tradicional. Al alcance de muy pocos Corpus en España y en el mundo.
Estos son algunos de los elementos que se pueden contemplar en un fin de semana que completa el calendario de fiestas de primavera. Aunque este año le pilla ya con el cambio de estación: es un Corpus "tardío" por el calendario cuaresmal y garantiza una jornada de altas temperaturas.
Estos son algunos de los elementos peculiares y su emplazamiento y horario para verlos.

La Roca del Patriarca se ha reincorporado este año / Moisés Domínguez
Las Rocas
Perdido su origen en la noche de los tiempos, es uno de los elementos más distintivos del Corpus de València. A lo largo de los siglos se han ido incorporando unos carros de madera tematizados, que representan o exaltan valores religiosos.
Por ejemplo, la San Miguel está dedicada al santo en cuyo día se firmó la rendición de València; la del Patriarca, para celebrar la canonización de San Juan de Ribera, la de València, por el centenari de la canonización de San Vicente o la Fama que era una exaltación de València que se hizo para la Gran Fira. Así, sucesivamente.
Estos carros se guardan todo el año en la Casa de las Rocas y salen para ser exhibidos desde el viernes por la tarde. Desfilan el domingo por la tarde, antes de la Procesión, aunque su pésimo estado solo permite salir tres de ellas en estos momentos.

El drac de Sant Jordi / Germán Caballero
El bestiario
¿Qué hacen una barca, un dragón, un armadillo o una tortuga, primero en la plaza y luego en la procesión? El "bestiari" son, básicamente, elementos de atrezzo que sirven para complementar a los personajes del relato bíblico. Por ejemplo, la "Cuca Fera", es una tortuga que representa al dragón que se tragó a Margarita de Antioquía, pero del que salió valiéndose de un crucifijo. O el "drac", que acompaña a San Jordi, su vencedor de acuerdo con el relato medieval...
Los Misteris
Se pueden contemplar el sábado, a las 18 horas. Son pequeñas piezas teatrales, autos sacramentales, con un evidente objetivo pedagógico sobre hechos bíblicos. Antes se representaban sobre las Rocas, pero no están las cosas como para ir con florituras: se levanta un escenario. Adan y Eva, San Cristóbal y los Peregrinos y el Rey Herodes se convierten en relatos ante el público. Después, esos personajes participan de la Cabalgata del Convite y de la Degolla.
El Concierto
La noche del sábado al domingo en la plaza se ambienta con un concierto de la Banda Sinfónica Municipal. A las 23 horas, y bajo la dirección de Cristóbal Soler, interpretan varias piezas que se rematan con el particular "himno del Corpus", el poema sinfónico "Es xopà hasta la moma", de Salvador Giner, que relata una Procesión, teóricamente la de 1746, recordada por la inmensa tormenta que la acompañó. Más o menos lo que ocurrió en 2023.
Los balcones
El recorrido de la Procesión se engalana con la participación del pueblo mediante el adorno de balcones y fachadas. Flores, tapices, alfombras y faroles forman parte de la ornamentación, especialmente espectacular en las calles Caballeros y Avellanas.
La noche del sábado al domingo, al acabar el concierto, Amics del Corpus organiza una cabalgata improvisada para recorrer el camino de la Procesión en sentido inverso, para ir entregando los premios del concurso.

Tapiz del Corpus en la plaza de la Virgen / Miguel Angel Montesinos
El Tapiz y el Monumento
Dentro de esa ornamentación, también destacan dos elementos de gran tamaño: el tapiz instalado en la fachada de la Basílica, realizado con flores y con una alegoría a la fiesta, y el Monumento Floral, un casilicio con el cáliz, realizados en vareta y cubierto de flores.
Mercat de l'Escuraeta
Se trata de un mercado de productos artesanos que finaliza precisamente el domingo del Corpus, después de haberse inaugurado el día de la Virgen de los Desamparados. Además de algunos souvenirs, destaca por la venta de productos de hogar, especialmente cazuelas, pucheros y botijos.

Les danses interpretadas por niños dan cuerpo a la Cabalgata del Convite / Germán Caballero
Cabalgata del Convite
Otra de las grandes peculiaridades, en la que lo menos figurativo es el "convite": en ella, un personaje que representa al Capellà de les Roques montado a caballo representa la invitación del Cabildo y el Ayuntamiento a la Procesión del domingo.
Delante y detrás participan les "danses", todas ellas alegóricas y todas ellas de alto contenido tradicional, en el que participan niños y adultos. La más conocida es la de la Moma, que simboliza la victoria de la Virtud sobre los Pecados Capitales que bailan a su alrededor, pero que terminan rendidos.
Tiene su punto gamberro con el cierre de la misma: la Degolla, una representación libre -altamente libre- de la soldadesca de Herodes, que finalmente es castigada recibiendo pozales de agua en las calles Cabillers y Avellanas. Habida cuenta de las altas temperaturas, son muchas las personas que se suman a la improvisada ducha.
La "mascletà"
Desde el año pasado se ha instituido que la fiesta es regada con pólvora. Al más puro estilo Fallas, a las dos de la tarde y en la plaza del Ayuntamiento, hay una exhibición pirotécnica. La de este año, además, recupera el disparo del 6 de marzo que no se pudo disparar.
Las sillas
Al igual que sucede en la Procesión de la Virgen, hay una costumbre popular maravillosamente conservada: en la calle Avellanas, el pueblo acomoda sus sillas, que une con cuerda o cadenas. Nadie las va a robar y, bien identificada, nadie osará apropiarse de ellas. Es una forma, sillas de pago al margen, de asegurarse un puesto en uno de los lugares más bonitos.
La Procesión
El objetivo final de la festividad es la Procesión, que recorre el mismo trayecto de la Virgen unas semanas antes. En ella desfilan, uno por uno, los principales protagonistas bíblicos. Noé, Jacob, sus doce hijos, Sansón, Moisés, Salomón, Josué, San Juan, los Evangelistas, los doce Apóstoles... no menos característicos son los "Cirialots", llámeseles reyes, próceres o ancianos de la ciudad, que llevan grandes cirios. Junto a ellos, parroquias, gremios y asociaciones acompañan al cortejo.

Los "cirialots", a la salida de la Catedral / Germán Caballero
La custodia
Calificada como "la mayor y mejor obra de orfebrería del Siglo XX", la obra de Francisco Pajarón es el gran monumento sobre el que, en el centro, se exhibe la Eucaristía. Saldrá a la calle después de nueve meses de restauración integral, lo que hace prever que brillará como pocas veces. Sufragada a base de pequeñas aportaciones del pueblo tras la Guerra Civil, alcanza más de 4 metros de altura, 2,26 metros de anchura máxima, 600 kilos de plata, 5 de oro fino y 75 gramos de platino. En ella también hay centenares de piedras preciosas y miles de perlas, 159 imágenes cinceladas de personajes del Antiguo Testamento y santos, 44 relieves con escenas bíblicas, 48 escudos en esmalte de gran formato y 71 campanillas de distintos tamaños. Su paso arca el final de la Procesión. Detrás de ella desfilan las autoridades y recibe un baño de pétalos a su paso por las calles.

La Custodia, preparada para procesionar / Moisés Domínguez
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