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Hace unos años, las fallas de la Federación de Sección Especial necesitaban un esfuerzo más o menos moderado para tener una generosa nómina de patrocinadores de tipo medio que cubrían una parte sensible de sus necesidades económicas.

Ahora, sin embargo, las cosas han cambiado y no precisamente para bien. Acostumbrados a depender de la iniciativa privada (calculan el 55 por ciento de sus presupuestos) para su gran progreso económico, cuando ésta ha cerrado el grifo han empezado a crecer los problemas. Al que se ha unido la disminución de la subvención municipal al monumento (inicialmente pasa del 25 al 15 por ciento, pero el recorte podría no ser finalmente tan alto y quedarse entre el 18 y el 20 por ciento), el agotamiento de vías tradicionales como la venta de lotería —que no todos tienen especialmente desarrollada— o falleros de honor y la limitación de recursos que generan las cuotas de los falleros.

Por todo ello, y a pesar de que todas ellas han establecido un tope de 190.000 euros para sus fallas grandes como primera medida de recorte, ayer escenificaron lo que su presidenta, Laura Cano, calificaba de «un cambio de rumbo». La celebración de una rueda de prensa organizada por una agencia de comunicación y la presencia de prensa económica eran algunos de los síntomas de que se quiere dar una nueva vuelta de tuerca a su propia financiación.

El Plan Estratégico, que así lo han bautizado, pretende fundamentalmente atraer grandes patrocinadores. Dar un salto para que, con un par de gestiones de alto nivel, se pueda repartir un dinero que, a día de hoy, siguen arañando casi euro a euro.

«Debemos hacer frente a una nueva realidad económica» aseguró Laura Cano. «Y ésta pasa también por darle a las fallas la relevancia social que tienen».

«No podemos vivir de las instituciones, pero tampoco les podemos dar el gusto de que dejen de ayudarnos». Uno de los objetivos que ponen sobre la mesa es conseguir que la fiesta fallera tenga el carácter de Gran Evento y, de esta manera, que aquellos que ponen dinero obtengan los beneficios fiscales que, desde la administración autonómica, se les han brindado cuando, en lugar de ninots de corto, se ha tratado de velas o coches. Y recordando que «cuando la coyuntura económica es peor, las empresas deben hacerse de notar más». Y que, en el caso de las fallas, «nuestro Gran Evento es y será todos los años y generamos un impacto económico enorme en diferentes sectores»

Tal como comentaba un miembro de la Federación, «lo que queremos es tener patrocinadores más fuertes, que igual te aparezca un Red Bull que un Banco de Santander» valga el simil con aquellos que ponen dinero en la Fórmula 1.

¿Qué darían a cambio las comisiones de la Federación?. Lo propio de ser las fallas más importantes del mundo. Para todo ello, crearán un departamento comercial «creando los soportes adecuados para una venta profesional del tiempo y espacio comercial vinculado a las diez fallas que somos».

Esto supone una gestión a gran escala, destinada, por ejemplo, a vincularse a paquetes turísticos, tanto para la semana de fallas como al resto del año (vivir la fiesta en primera persona en el primer caso o visitas culturales falleras en el segundo), mayor gestión del entorno de las fallas durante la fiesta, la creación de las «Noches Temáticas», venta de productos oficiales, etcétera.