Hace diez años el Ayuntamiento de Valencia realizó un importante esfuerzo al subvencionar con más de 180.000 euros réplicas exactas de las imágenes que procesionan en la Semana Santa Marinera ya que las oficiales se encuentran, en la mayoría de los casos, en las diferentes iglesias y parroquias de los Poblats Marítims para el culto de los devotos.

El consistorio pagó el facsímil de todas, menos de una. La imagen de Jesús Nazareno —que ha salido a la palestra porque sus dueñas le impedirán este año salir en procesión con la Corporación de Longinos por discrepancias con la hermandad— no cuenta con réplica exacta por orden de sus propietarias, Angelita y Pepita, dos hermanas octogenarias que tienen la imagen en su casa de forma ininterrumpida desde hace 32 años. Las mujeres alegaron que fotografiar la figura podía dañarla, y ellas no estaban dispuestas a que eso ocurriera.

Para la Junta Mayor de la Semana Santa Marinera el esfuerzo económico realizado por el ayuntamiento ayudó sobremanera a darle un empujón a la segunda fiesta más importante de la ciudad. Los facsímiles se encuentran expuestos en el Museo de la Semana Santa Marinera y son las diferentes hermandades las que deciden cuándo los sacan. «Hay algunas cofradías que prefieren procesionar con el facsímil cuando llueve o hace mal tiempo para que la imagen original no se deteriore, y hay otras que lo hacen casi siempre porque la figura titular se encuentra en la iglesia o está pendiente de una restauración», explicó la presidenta de la Junta Mayor, Begoña Sorolla.

Oportunidad desperdiciada

La Corporación de Longinos, además, afirmó que con la negativa de las dueñas a realizar una reproducción exacta de Jesús Nazareno «se perdió la oportunidad de tener una segunda figura pagada por el ayuntamiento. Se desperdició una ocasión de oro. Si nosotros hubiéramos tenido el facsímil procesionaríamos sin problemas este año y los venideros».

La cofradía renovó su directiva el pasado mes de julio tras la dimisión del ahora expresidente, con la firme intención de darle aires nuevos a la hermandad. La entidad procesionaba todos los años con la imagen de Jesús Nazareno que en el año 1943 compraron seis familias del Marítimo. Hoy la imagen pertenece a cinco de esas familias, aunque la figura reside con Pepita y Angelita quienes le hicieron, hace once años, un cuarto propio a la imagen —que se encuentra protegida tras una gran cristalera— en el domicilio de las dos hermanas, en pleno corazón del barrio del Cabanyal.

Las dos propietarias de la imagen siguen guardando silencio ya que así lo han decidido junto al resto de familias a las que pertenece la figura. Jesús Nazareno, este año, se quedará en casa.

Una talla nueva cuesta, como mínimo, 20.000 euros

La Corporación de Longinos ya se ha puesto manos a la obra para conseguir una imagen que sustituya al Jesús Nazareno, que este año se quedará en casa de Angelita y Pepita. La imagen se podrá visitar en el domicilio de estas dos vecinas del Cabanyal. Los Longinos, por su parte, procesionarán este año sin imagen —previa autorización de la Junta Mayor— y cuentan con cinco años para conseguir una nueva, aunque la Junta Mayor les da un margen de tiempo por si la construcción de la nueva imagen se demora más de lo previsto. De momento, la cofradía ya está mirando presupuestos. Una imagen les costará, al menos, 20.000 euros, el anda aparte. Ahora bien, la entidad no solicitará un nuevo Jesús Nazareno. Ellos apuestan por la escena de la lanzada, a la que hacen honor y que escenifican —desde hace 15 años— durante la Semana Santa Marinera. Y es que la Corporación de Longinos no es una cofradía al uso. Representan a aquel centurión que le clavó una lanza a Cristo en el costado. Su principal acto se celebra el Miércoles Santo, cuando se escenifica el acto del Prendimiento al detalle. Por ello, la indumentaria que lucen les diferencia del resto ya que van ataviados como centuriones romanos. Además, los Longinos son una cofradía de gran arraigo popular al protagonizar un desfile con numerosos personajes bíblicos. En el Marítimo se les conocen como «los ronquinos». m. ros valencia