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Ver galería >Hace 1 año comenzó el estado de alarma, las colas en los supermercados, las calles vacías, la búsqueda de mascarillas y guantes. La ciudad quedó enmudecida a punto de comenzar la semana más ruidosa del año: la de Fallas. Sin petardos, falleras ni vecinos, el colorín de los trajes regionales quedó anulado por el encierro domiciliario, el silencio, el miedo al contagio y los aplausos en los balcones. Ha pasado un año.
Hace 1 año comenzó el estado de alarma, las colas en los supermercados, las calles vacías, la búsqueda de mascarillas y guantes. La ciudad quedó enmudecida a punto de comenzar la semana más ruidosa del año: la de Fallas. Sin petardos, falleras ni vecinos, el colorín de los trajes regionales quedó anulado por el encierro domiciliario, el silencio, el miedo al contagio y los aplausos en los balcones. Ha pasado un año.
Hace 1 año comenzó el estado de alarma, las colas en los supermercados, las calles vacías, la búsqueda de mascarillas y guantes. La ciudad quedó enmudecida a punto de comenzar la semana más ruidosa del año: la de Fallas. Sin petardos, falleras ni vecinos, el colorín de los trajes regionales quedó anulado por el encierro domiciliario, el silencio, el miedo al contagio y los aplausos en los balcones. Ha pasado un año.
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El miedo al desabastecimiento se impuso y viralizó los primeros días. Los supermercados aseguraron que, pese a las imágenes de estantes vacíos, el abastecimiento estaba asegurado. Cajeras, reponerdoras y transportistas fueron parte de los esenciales en la pandemia, como hoy en día.
Hace 1 año comenzó el estado de alarma, las colas en los supermercados, las calles vacías, la búsqueda de mascarillas y guantes. La ciudad quedó enmudecida a punto de comenzar la semana más ruidosa del año: la de Fallas. Sin petardos, falleras ni vecinos, el colorín de los trajes regionales quedó anulado por el encierro domiciliario, el silencio, el miedo al contagio y los aplausos en los balcones. Ha pasado un año.
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