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Alfons Padilla
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A. Padilla
Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
A. Padilla
Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
A. Padilla
Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
A. Padilla
Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
A. Padilla
Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
A. Padilla
Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
A. Padilla
Fondeadero natural desde la más remota antigüedad, el Portitxol es un trozo de utopía en un litoral, el de la Marina Alta y el valenciano, desdibujado por el hormigón. Esta costa se ha salvado. Permanece virgen. Su propietario, Guillermo Pons, fue en los años 60 y 70 un pionero del ecologismo. Ahora el Portitxol está protegido. Su isla (l'Illa del Portitxol) es, además, Bien de Interés Cultural. Todo este tramo litoral es en sí una "isla" natural de enorme valor botánico, paisajístico y arqueológico. Al sur, sobre las pintorescas y bellas casitas de pescadores de la Barraca, ya hay más y más aparatosos chalés de lujo.
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