Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
Bella y tímida floración de almendros en el paisaje de piedra de la cumbre de la Vall de Laguar (imágenes)
A. P. F.
Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
Bella y tímida floración de almendros en el paisaje de piedra de la cumbre de la Vall de Laguar (imágenes)
A. P. F.
Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
Bella y tímida floración de almendros en el paisaje de piedra de la cumbre de la Vall de Laguar (imágenes)
A. P. F.
Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
Bella y tímida floración de almendros en el paisaje de piedra de la cumbre de la Vall de Laguar (imágenes)
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Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
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A. P. F.
Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
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A. P. F.
Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
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A. P. F.
Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
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Los pocos almendros que han sobrevivido en la Marina Alta a la plaga de la "Xylella" están ahora esplendorosos. Están cuajados de flores blancas y rosas. En lo alto de la Vall de Laguar (el Coll de la Garga o Collao), hay signos tímidos, pero bellísimos de esta floración. Aquí surge el paisaje más tradicional de la comarca, el de los muros de "pedra seca". El Montgó queda allá abajo. Es como un barco petreo encallado. En días como los de hoy, de cielos turbulentos y borrascosos, esta cumbre tiene un magnetismo especial. Se vislumbra, además, un tramo de la senda de herradura del Barranc de l'Infern.
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