Historias de coraje. Se leen en la calle. Estos paneles desvelan la valentía de las mujeres de Benissa que en los años 60 y 70 hicieron las maletas y emigraron. Está, por ejemplo, la historia de Teresa Crespo Ripoll, quien llegó con 18 años a Fráncfort, aprendió alemán perfectamente y trabajó en la Lufthansa. O la aventura de las 20 benisseras que se subieron a un autobús con destino a Aschebert (Alemania). Allí se formaron para trabajar en la fábrica Shuberth. Era el año 1965. La fábrica se abrió luego en Benissa y fabricó alfombrillas y fundas para los cuartos de baño. Benissa reivindica a estas mujeres valientes y que rompieron prejuicios y fronteras.
El coraje de las benisseras emigrantes: su historia está en la calle (imagenes)
A. P. F./Levante-EMV
Historias de coraje. Se leen en la calle. Estos paneles desvelan la valentía de las mujeres de Benissa que en los años 60 y 70 hicieron las maletas y emigraron. Está, por ejemplo, la historia de Teresa Crespo Ripoll, quien llegó con 18 años a Fráncfort, aprendió alemán perfectamente y trabajó en la Lufthansa. O la aventura de las 20 benisseras que se subieron a un autobús con destino a Aschebert (Alemania). Allí se formaron para trabajar en la fábrica Shuberth. Era el año 1965. La fábrica se abrió luego en Benissa y fabricó alfombrillas y fundas para los cuartos de baño. Benissa reivindica a estas mujeres valientes y que rompieron prejuicios y fronteras.
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