En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.
Sant Roc culmina la Pujà a las puertas de la ermita.
V.R.S.
En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.
Rodà de Sant Roc.
V.R.S.
En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.
‘Coeters’ durante la Pujà.
V.R.S.
En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.
Clavarios y autoridades municipales en la ceremonia del Sant Roquet.
V.R.S.
En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.
El alcalde entrega el Sant Roquet al nuevo clavario mayor de Sant Roc.
V.R.S.
En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.
La procesión de Sant Roc.
V.R.S.
En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.
Sant Roc saluda a las residentes del asilo Sequera.
V.R.S.
En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.
En medio de la estrepitosa luz de miles de cohetes, este martes por la noche Burjassot ‘rodó’ y ‘subió’ al Patrón en las tradicionales Rodà y Pujà después de dos intensas semanas durante las cuales, de la manera más amena, sus clavarios aunaron religiosidad y ocio. Controlado el coronavirus, la vía pública volvió a ser un caudaloso río de gente.