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El sarcófago de Blasco Ibáñez nunca llegó a albergar el cuerpo del político y novelista, pero está considerado como una pieza singular tanto por el autor, Mariano Benlliure, como por el destinatario del mismo. El estallido de la Guerra Civil y el establecimiento de la dictadura arrinconó el proyecto de magnificar la sepultura de un reconocido republicano como Blasco, quien desde entonces reposa en un nicho del Cementerio Civil. El sarcófago de Blasco Ibáñez terminó en el museo de Bellas Artes donde permanecía hasta ahora excepto por un periodo en el que estuvo expuesto en el Museu del Carme con motivo de la exposición “Mariano Benlliure y Joaquin Sorolla. Centenario de un homenaje”
El sarcófago de Blasco Ibáñez nunca llegó a albergar el cuerpo del político y novelista, pero está considerado como una pieza singular tanto por el autor, Mariano Benlliure, como por el destinatario del mismo. El estallido de la Guerra Civil y el establecimiento de la dictadura arrinconó el proyecto de magnificar la sepultura de un reconocido republicano como Blasco, quien desde entonces reposa en un nicho del Cementerio Civil. El sarcófago de Blasco Ibáñez terminó en el museo de Bellas Artes donde permanecía hasta ahora excepto por un periodo en el que estuvo expuesto en el Museu del Carme con motivo de la exposición “Mariano Benlliure y Joaquin Sorolla. Centenario de un homenaje”
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