El cementerio de San Isidro de Benagéber es, seguramente, el lugar más vacío del área metropolitana de Valencia. Por no haber, no hay ni espíritus ni fuegos fatuos, porque ningún cadáver ha recibido allí sepultura en sus alrededor de 60 años de historia.
El cementerio abandonado de Moncada
La historia del cementerio es tan triste como las razones por las que fue construido.
El cementerio abandonado de Moncada
El 6 de abril de 1932 el gobierno de la República firmó el acta de inicio de las obras del embalse de Benagéber, que estableció la pronta desaparición del núcleo tradicional de esta localidad de los Serranos
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La Guerra Civil retrasó las obras, pero en 1943 ya funcionaba el nuevo núcleo urbano situado un kilómetro arriba del antiguo pueblo.
El cementerio abandonado de Moncada
Además de las casas de los colonos se construyó un cementerio para el nuevo poblado pero nunca fue utilizado
El cementerio abandonado de Moncada
Desde el momento de su fundación en la década de los 40, San Isidro se constituyó como entidad local dependiente de Moncada, al mismo tiempo que dependía (y lo sigue haciendo) de la parroquia del municipio
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Por ello, y pese a que los funerales de los vecinos de San Isidro se celebran en su iglesia, los entierros siempre han tenido lugar en el cementerio moncadense, situado a menos de dos kilómetros de allí.
El cementerio abandonado de Moncada
En el barrio, por mucho que se pregunte, nadie parece echar de menos su propio camposanto. Aquello cada día está más muerto.
El cementerio abandonado de Moncada
El camposanto de esta pedanía de Moncada es como un espacio interestelar abandonado en un solar.
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Pero allí sigue, con sus colmenas de nichos, su pequeña capilla y sus cruces, rodeado por un muro golpeado por los pinos y decorado con grafitis que nada tienen que ver ni con la muerte ni con algo que se le parezca.
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La cadena que cierra el portón del camposanto impide comprobar si en su interior moran algo más que los insectos del campo, alguna alimaña y unos pinos de importante tamaño que han crecido sin que nadie les ponga un pero.
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Lo ubicaron en unos terrenos situados al otro lado de la actual CV-315, cercanos al grupo de viviendas de Las Torres y al Mas Blau, una antigua masía de aspecto modernista que también perteneció a la familia Moroder
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Además de las casas y el cementerio, el INC construyó también una iglesia, siguiendo todo ello el modelo que se usó en otras nuevas localidades «de embalse» como San Antonio de Benagéber o Loriguilla.
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¿Se debe la ausencia de uso del cementerio a que los habitantes de San Isidro gozan de la suficiente buena salud para que en seis décadas no hayan precisado usar las instalaciones mortuorias?
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No parece que sea este el caso, sino que se trata de una cuestión de competencias parroquiales.
El cementerio abandonado de Moncada
Desde el momento de su fundación en la década de los 40, San Isidro se constituyó como entidad local dependiente de Moncada, al mismo tiempo que dependía (y lo sigue haciendo) de la parroquia del municipio.
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El cementerio de San Isidro de Benagéber es, seguramente, el lugar más vacío del área metropolitana de Valencia. Por no haber, no hay ni espíritus ni fuegos fatuos, porque ningún cadáver ha recibido allí sepultura en sus alrededor de 60 años de historia.
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El cementerio de San Isidro de Benagéber es, seguramente, el lugar más vacío del área metropolitana de Valencia. Por no haber, no hay ni espíritus ni fuegos fatuos, porque ningún cadáver ha recibido allí sepultura en sus alrededor de 60 años de historia.
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El cementerio de San Isidro de Benagéber es, seguramente, el lugar más vacío del área metropolitana de Valencia. Por no haber, no hay ni espíritus ni fuegos fatuos, porque ningún cadáver ha recibido allí sepultura en sus alrededor de 60 años de historia.