La actriz ha terminado su proceso de rehabilitación en la clínica Betty Ford tras permanecer tres semanas ingresada. Pero puede que su libertad le dure muy poco. Este viernes acudirá de nuevo a los juzgados por haberse saltado la condicional en dos ocasiones y el juez podría enviarla a prisión por dos meses.

Lindsay Lohan ha abandonado la clínica de rehabilitación para, quizá, ingresar horas más tarde en la cárcel. La joven fue juzgada en septiembre por haber incumplido las normas de su libertad condicional, que le fue impuesta tras haber conducido bajo el efecto de drogas y alcohol, y este viernes debe regresar a juicio para conocer el veredicto final.

Tras la vista de septiembre, el juez le permitió que pagara 214.000 euros de fianza y quedara libre hasta este 22 de octubre, cuando debía presentarse de nuevo en el juzgado. Según informa TMZ, el magistrado decidirá ahora si debe pasar un mes en la cárcel por cada una de las dos veces que no acudió a hacerse un test de consumo de drogas, como mandaban las condiciones de su libertad.

Esta mala racha parece haber hecho recapacitar a Lindsay, que ha empleado sus tres semanas libres entre juicio y juicio en un programa de rehabilitación dentro de la conocida clínica Betty Ford, en los Angeles.

Puede que su intento por superar sus adicciones sirva para ablandar al juez y convencerle de que Lindsay ha dejado atrás definitivamente el consumo de drogas, con lo que tal vez consiga librarse de los dos meses de cárcel que tiene ante sí.