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Sepelio

Una familia de Quart entierra a su padre sin misa al estar cerrada la parroquia

Los hijos del fallecido contrataron el responso con la funeraria en la iglesia del barrio de Santa Cecilia

Una familia de Quart entierra a su padre sin misa al estar cerrada la parroquia

Al dolor por la muerte de un ser querido se sumó ayer la indignación de una familia por no haber podido celebrar el funeral en su memoria en la parroquia del barrio de Santa Cecilia de Quart de Poblet, que se encontraba cerrada, a las 11 horas, cuando llegó el cortejo fúnebre con los restos de Francisco Víctor Juan, que había fallecido el pasado domingo tras una enfermedad.

La familia, a través de Esther Víctor, una de las hijas del finado que se encargó de toda la tramitación del entierro, explicó a Levante-EMV que tenían contratado el servicio con la empresa funeraria Servisa, que les comunicó el mismo domingo por escrito que el sepelio y la misa de responso tendría lugar en la iglesia de Santa Cecilia después del velatorio en un tanatorio que hay cercano.

Pero la sorpresa de la familia y los amigos que habían acudido al funeral para dar su último adiós al fallecido fue que se encontraron la puerta de la iglesia cerrada y que tras poder localizar al párroco titular, éste les dijo que la misa se había concertado en otra parroquia, la de la Purísima de Quart de Poblet „de la que también es vicario„, hasta donde debían desplazarse porque era imposible la celebración del responso en Sante Cecilia, ya que el sacerdote se encontraba en un hospital pasando unas pruebas médicas y el compañero que iba a oficiar la misa no tenía ni las llaves de la iglesia de la barriada.

«El domingo, tras hablar con la funeraria y hacer todos los trámites siempre hablando de la parroquia de Santa Cecilia, ya me quedo tranquila y me centro en el dolor de la pérdida de mi padre, pero hoy „por ayer„ a ese dolor hemos sumado la indignación de no poder hacerle la misa en la iglesia elegida, tal como acreditan nuestros papeles», explicaba con indignación Esther, que añadió que para no causar más sufrimiento a su madre „que estaba muy afectada por la pérdida de su marido„ decidieron no desplazarse hasta la otra iglesia de La Purísima e ir directamente al cementerio municipal para enterrar a su padre después de «rezarle un Padre Nuestro en nuestro último adiós».

Al llegar a la parroquia y estar cerrada, el mismo trabajador de la funeraria llamó a un teléfono de urgencias que hay en la puerta y se puso en contacto con el párroco titular Francisco José Ballesteros, que según la hija del fallecido le dijo que la misa no podía celebrarse en Santa Cecilia al haberse preparado en La Purísima, donde había dos sepelios, uno a las 11 y otro al mediodía. «Al no llegar a un entendimiento con el funerario, yo misma me pongo al teléfono para pedirle que lo más rápido, si hay un malentendido, es que el cura se acerque hasta Santa Cecilia. Era más rápido eso que desplazar hasta La Purísima a todos los familiares y amigos», trataba de explicar ayer Esther malhumorada.

La hija añadió que el párroco «me dijo que era imposible y si queríamos la misa teníamos que ir a la otra parroquia, poniendo la excusa de que Santa Cecilia no estaba preparada y la otra sí para acoger el sepelio». Ante esta situación, todos los hermanos decidieron con «impotencia» irse al cementerio directamente. «¿Cómo un párroco que se debe a sus feligreses es tan duro de mollera?», se preguntó enfadada Esther.

Al ser preguntado por este diario, el párroco que es titular de las dos iglesias precisó que habló hacia la una de la tarde del domingo con la funeraria en ningún momento le mencionaron que se trataba de Santa Cecilia. Por eso acabó confirmando en voz alta, para que lo anotara el sacristán, que la misa se iba a oficiar en La Purísima. «Desde que soy titular de las dos iglesias siempre acabo repitiendo el nombre de la parroquia y el pueblo para que quede claro, pero en este caso puede haberse producido un malentendido y el personal de la funeraria, al ser yo también responsable de Santa Cecilia creyó que era ahí el entierro, pero en ningún momento se me cita esa iglesia, si no se hubiera celebra ahí sin problemas», explicó el cura Francisco Ballesteros, quien dijo que «dejé preparados los dos entierros a un compañero en La Purísima porque yo tenía que hacerme unas pruebas médicas».

El sacerdote se explica

El sacerdote reconoció haber hablado por teléfono en la misma mañana de ayer, mientras se encontraba en el hospital, con el trabajador de la funeraria y con una familiar, a los que comunicó que era «imposible celebrar la misa en Santa Cecilia, no porque no quisiera, sino porque yo estaba en un hospital e iba a tardar más de una hora en llegar a Quart y mi compañero que iba a hacer el oficio en La Purísima no podía desplazarse porque no tenía ni las llaves de la parroquia». Por eso Francisco les propuso que debido a la confusión y por alcanzar una solución «viable» se acercaran hasta la iglesia principal de Quart porque allí estaba todo preparado. «Incluso llamé a mi compañero para comunicarle que iban a llegar un poco tarde y que los tratara «con cariño» por la confusión y porque son momentos dolorosos. Y lo siguiente que ya sé es que no se celebró la misa al no acudir nadie», añadía en sus explicaciones el también arcipreste de zona, para indicar que había pedido los datos de la familia para ponerse en contacto y pedirle disculpas por la confusión y por si podía ofrecerles un oficio en otro momento.

Sin embargo, desde la empresa Servicios Funerarios Servisa, la directora del centro de Valencia, Chelo Vicente, precisó a este periódico que el domingo se llamó al sacerdote «confirmándole» que el sepelio de Francisco Víctor era en la parroquia Santa Cecilia y «en ningún momento sale a relucir el nombre de la otra parroquia de La Purísima, porque nuestro personal no tenía ni conocimiento de que también era su cura titular y porque la familia quería en Santa Cecilia. Por eso no tiene sentido que pidiéramos La Purísima e igual se equivocó él en su agenda con las dos parroquias». Servisa confirmó que en todo el expediente y, tras consultar con sus empleados, «se confirmó todo en Santa Cecilia». Incluso añadieron que para localizar al sacerdote el pasado domingo se emplearon hasta cuatro números de teléfono y varias llamadas.

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