Solidaridad, diversidad, pluralidad, vocación pública, juventud, ocio, responsabilidad ciudadana, diversión... Son conceptos que así, leídos de carrerilla, suenan bien pero al mismo tiempo algunos no parecen casar bien con otros, como si no rimaran. Pero no, la rima es posible, al menos para los 152 activistas y voluntarios que impulsan la Coordinadora Valenciana de Temps Lliure (CVTLl), una entidad en la que, de una u otra forma, están implicadas más de 1.200 personas y que ofrece servicios y actividades a unos 4.600 jóvenes de toda la Comunitat Valenciana.
Efectivamente, el ámbito de actuación de la CVTLl es autonómico, aunque el peso de la comarca de l'Horta es fundamental. La Coordinadora se fundó en Manises en 2008 y está formada por cinco entidades: la Federación Valenciana de Cases de Joventut (fundada en 1994 para impulsar la creación de espacios públicos para jóvenes de entre 13 y 25 años), la Associació Valenciana d'Esplais (grupos de monitores que educan a niños en valores y responsabilidades), la Escola de Cases (que desde 1996 ha formado a 4.613 voluntarios en animación sociocultural) y la Fundació Moviment Ciutadà. Esta última pata de la CVTLl, por ejemplo, se creó en 2007 en Manises, tiene 270 asociados y durante el pasado año su Centre Cívic ayudó a unas 800 personas. Además, alrededor de una docena de asociaciones maniseras utilizan su local.
Por otra parte, de las 15 Cases de la Joventut-Centres Juvenils que se integran en la Federació, siete son de la comarca: Amagatall, Barranquet y Cebollera en Quart; La Morera de Mislata; Sauqala de Alaquàs; Soterranya de Torrent y el Grup de Joves de Alboraia. Y mayor es incluso el peso de l'Horta en la Associació d'Esplais: Somriure y Sambori de Quart, Tabalet de Mislata, Cucanya de Catarroja, Natura de Manises, Picassent y Xirivella.
«La Coordinadora trabaja para que todos los y las jóvenes de la sociedad valenciana aprendan valores y responsabilidad ciudadana en su tiempo libre, mediante la organización de actividades de ocio y grupos estables en los diferentes municipios donde se ubica „explica Víctor Escoin, animador juvenil y portavoz de la CVTLl „. Son los jóvenes los que deben dirigir las Casas de Juventud de los pueblos, y son los vecinos quienes deben dirigir los Centros Cívicos».
En este caso, según explica Escoin, la labor de los voluntarios es «intentar enseñar a los niños a que sean ciudadanos responsables y activos», que sepan gestionar su propia diversión. Una pretensión de vuelo europeo ya que «en Europa todo lo que puede estar gestionado por la sociedad civil no está en manos de empresas, tampoco en manos de la administración. Los centros de información juvenil, los albergues, las casas de juventud, las casas de cultura o los centros sociales están gestionados por asociaciones o federaciones». «Confluir con Europa „concluye Escoin„ sería intentar que la educación en el tiempo libre estuviera cada vez más, en manos de la ciudadanía organizada, y en coordinación con la administración pública siempre. Las asociaciones somos todas de vocación pública.
