El colegio El Cid de Mislata ha abierto estos días sus puertas a un centenar de niños y niñas por las vacaciones de Semana Santa. La mayoría no se conocían porque estudian en centros distintos, pero han participado juntos en juegos y talleres en el patio, agrupados por edades y supervisados por monitores.

En cada jornada, los niños pasan al comedor para compartir mesa y bandeja. El menú del primer día constaba de ensalada, arroz a la cubana y calamares con verdura de guarnición, y de postre yogur. A medida que iban acabando de comer, los escolares recogían una bolsa con la merienda y el desayuno del día siguiente y salían para irse a casa con sus padres.

La del colegio El Cid es una ser de las muchas escuelas de Pascua que se desarrollan en los municipios. En el caso de Mislata, se trata de un comedor social, una iniciativa del ayuntamiento que ofrece actividades extraescolares y servicio de comedor gratuito a las familias sin recursos.

Como ya se hizo el verano pasado y en Navidades, el consistorio socialista apuesta para combatir la pobreza infantil con una iniciativa que pretende, en palabras del alcalde, Carlos Fernández Bielsa, «cubrir las necesidades nutricionales de la infancia y que ningún niño de Mislata se quede sin comer ni un solo día».

El comedor de Mislata forma parte de un proyecto más integrador que incluye actividades de ocio y tiempo libre. «El objetivo es evitar el estigma que puede suponer para los niños ir a un colegio a comer porque en su casa no pueden hacerlo. Para ellos es como participar en cualquier actividad extraescolar», concluye.