Estaban a punto de dar las once de la mañana de ayer cuando Compromís, PSPV y Sí Se Puede Sedaví llegaban in extremis a acuerdos de gobierno en Xirivella y Sedaví. Los socialistas se turnarán la alcaldía con los nacionalistas y el tripartito formará el gobierno municipal.

En Xirivella, el pacto llegó minutos antes del pleno cuando ya habían ciudadanos en la sala, tras romperse en la noche anterior, reemprenderse de madrugada, volver a romperse y finalmente ayer, firmarse. El PSPV tendrá la alcaldía dos años, con Michel Montaner al frente, que ayer ya asumió la vara de mando, y las áreas de Igualdad, Infraestructuras, Urbanismo, ADL, Hacienda y Cultura, entre otras. Por su parte, Compromís presidirá la corporación en la segunda mitad del mandato y gestionará Comercio, Fiestas, Bienestar Social, Personal y Policía.

Como gesto de la nueva era, el ya alcalde Michel Montaner desmontó la puerta de alcaldía «para que no se diga a los vecinos como excusas que no estoy» y la sustituirá por una de cristal.

En Sedaví, el pacto se alcanzó a las once de la mañana y se materializó una hora después en el pleno de investidura. El acuerdo, que apuesta por la alternancia que exigían los socialistas, convirtió ayer en alcalde por un año al socialista Josep Cabanes (que estrena el turno), mientras que los otros tres tendrá la vara de mando el candidato de Compromís, Ferran Baixauli.

Sí Se Puede Sedaví, la tercera parte del tripartito, ostentará la concejalía de Hacienda que reclamaba y su candidata, Inés Cabrelles, contará con una liberación «al 75 % revisable en los próximos días», tal como ella subrayó después a Levante-EMV. Hoy mismo, los miembros de la nueva coalición volverán a reunirse para continuar perfilando los ejes centrales que han de regir su actuación.

El nuevo alcalde, Josep Cabanes, anunció que las tres fuerzas del gobierno han llegado «para trabajar y servir al pueblo», mientras que el futuro mandatario, Ferran Baixauli, quien no llegó a presentar candidatura a la alcaldía para permitir el ascenso del PSPV, prometió un ayuntamiento «abierto a todos» tras «20 días de una negociación larga, dura y trabajada».

Por su parte, el exalcalde popular Rafael Pérez, quien tuvo un gran gesto al entregarle la vara de mando a Cabanes, defendió su gestión en los últimos ocho años. «La grandeza de la democracia „dijo„ permite que gobiernen otras fuerzas diferentes a la que obtuvo el respaldo mayoritario».

El momento más esperado fue cuando Josep Cabanes hizo entrega a Ferran Baixauli de una insignia conmemorativa. Su abrazó despertó aplausos atronadores.