Un millón de euros en facturas en un cajón, dinero en metálico sin contabilizar en la caja fuerte, más de 18 desahucios en menos de seis meses, concejales del equipo anterior que aún no han devuelto hasta tres teléfonos móviles son sólo parte de la realidad con la que se ha topado la nueva alcaldesa de Benetússer, la socialista Eva Sanz, que ayer denunció esta situación a través de un comunicado.
El nuevo equipo de gobierno, integrado por el PSPV, Compromís y EUPV, ha descubierto que «la realidad del superávit de tesorería está empañada por cerca de un millón de euros a falta de contabilizar, así como otras incidencias que se deberán de ir subsanando progresivamente», tal como señalaron fuentes del grupo municipal socialista. Sin embargo, según señaló la mandataria, estas dificultades no lograrán separar de su «objetivo» a la coalición gubernamental. «No pienso pasarme cuatro años hablando de la herencia recibida sino trabajando por el futuro de Benetússer», aseguró ayer Sanz.
Por eso, el tripartito ya ha tomado las primeras medidas, entre las que destaca la realización de un informe sobre la situación real de la economía del ayuntamiento y poder elevar, así, una «auditoría ciudadana como punto de partida del nuevo gobierno». Del mismo modo, también se han iniciado «los trámites necesarios para efectuar una revisión catastral que produzca la rebaja del impuesto de bienes inmuebles en Benetússer», ya que tiene «una de las contribuciones más elevadas de la comarca y necesita revisarse».
El nuevo equipo de gobierno local también ha solicitado, entre otras medidas, «la subvención del Plan de Empleo Conjunto de las Administraciones Públicas Valencianas, que permitirá la empleabilidad de los parados de larga duración», detallaron las fuentes.
