Aunque no se sintieron amenazados ni insultados y aseguran que nunca estuvo en peligro la seguridad en el pleno —había policía de paisano distribuida por la sala—, tanto el alcalde socialista Michel Montaner como el portavoz de Compromís, Ricard Barberà, han lamentado el poco civismo de miembros de la peña taurina, que fueron a protestar.
Montaner valora, no obstante, que el presidente y los directivos «expresaron su opinión e hicieron cuantas preguntas quisieron», porque «se trataba de eso, de que participaran libremente» aunque «se les fue de las manos la actuación de algunas personas». Pero en ningún caso se pensó en desalojar para «no tensar más».
Para Barberà, «los taurinos buscaban que se les desalojara para hacer victimismo y tener excusas para tildarnos» ya que llegaron a rodear a los ediles. Compromís expresó ayer que su postura ya era contraria a los toros, tras los sucesos del pleno.
