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L'Horta Sud 30 años después (III)

Esta semana veremos la tercera y última entrega de la muestra del patrimonio más emblemático de la comarca a través de una publicación de 1982, que se ha convertido referente para conocer como ha evolucionado el patrimonio arquitectónico de l'Horta Sud desde entonces..

L'Horta Sud 30 años después (III)

Continuamos en Catarroja el recorrido iniciado hace dos semanas, a través de las imágenes recogidas en la publicación de principios de los 80 «Jornades comarcals sobre el patrimoni arquitectònic i urbanístic de L'Horta Sud», las cuales fueron impulsadas por el estudio de los arquitectos Vicent García Martínez y Josep Murcia Vidal «El reflejo formal de la historia en el territorio. L'Horta Sud» (1981). En este municipio, sobre la actual plaza Fumeral se conservaba entonces parte del antiguo e interesante «rajolar» de Crescencio Chapa de la primera década del siglo XX, una de las tipologías de arquitectura industrial más características de la comarca.

En los años 70 ya se había derribado la parte este del complejo industrial para levantar edificios residenciales de planta baja y cuatro alturas. La parte oeste, la que quedaba en pie, se encontraba en desuso y con signos de deterioro y con un bloque de viviendas en construcción lindando con su esquina suroeste. El «rajolar» en origen estaba compuesto por unas naves dispuestas formando un rectángulo alargado entorno a un patio interior, en cuyo centro se ubicaban dos naves y dos chimeneas de ladrillo. Finalmente, a mediados de los 80, fue demolida progresivamente la parte oeste de este destacado conjunto fabril para la construcción de más bloques residenciales, hasta su completa desaparición en esa misma década. Actualmente de todo este complejo únicamente se conserva una de sus chimeneas, rodeada por una zona ajardinada en la actual plaza Fumeral al ser protegida por el PGOU de 1988 e incluida como Bien de Relevancia Local en el último catálogo de 2011.

En la avenida Rambleta, 9 también de Catarroja se ubica el antiguo Grupo Escolar Paluzié, originario de 1927 y levantado durante el tardoeclecticismo arquitectónico junto al barranco de la Fuente de la Rambleta. Éste fue edificado sobre un solar adquirido por el consistorio en febrero de 1926 para levantar una escuela de párvulos de cuatro aulas a expensas de Esteban Paluzié Podreider en memoria de su familiar, el reconocido pedagogo catalán del siglo XIX Esteban Paluzié Cantalozella (1806-1873). Tras finalizar las obras lo donó a perpetuidad al ayuntamiento en marzo de 1927, con la única condición de que «en ningún caso ni tiempo podrá destinarse a otro fin que a la enseñanza pública elemental en sus respectivos grados». El proyecto inicial de agosto de 1926 fue realizado por el arquitecto valenciano Lorenzo Criado Oltra (1894-1968), aunque no se corresponde con la imagen del edificio ejecutado finalmente, por lo que probablemente el propio Criado lo acabó modificando.

La construcción original es de planta baja en forma de U con cubierta a dos aguas y con un eje de simetría longitudinal centrado en su fachada principal, que coincide con el de la calle Esteve Paluzié. Este frente queda marcado por su volumen de acceso, que cuenta con dos plantas en su parte central y por estar coronado por un frontón triangular. De éste parten en sus extremos dos alas longitudinales perpendiculares al cuerpo anterior, cada una de las cuales albergaba dos aulas respectivamente. A mediados de los 70 sus alas fueron ampliadas en longitud, con dos cuerpos de planta baja y una altura y fachadas sencillas, con cuatro clases cada uno, posiblemente obra del arquitecto José Antonio Carrión Gascón.

Por último, el edificio fue rehabilitado en 2006 para albergar el «Centre Municipal de Formació de Persones Adultes». Durante esta intervención fueron sustituidas sus carpinterías de madera y su cubierta original por una de acabado metálico afectando a la imagen del bien. En 1988 el conjunto fue incluido en la relación de elementos arquitectónicos considerados de interés del PGOU y en 2011 en el catálogo de bienes y espacios protegidos de Catarroja con nivel de protección parcial.

En esta misma población encontrábamos en 1982 con signos de deterioro en la actual avenida Camí Reial 22, el antiguo «l'Hort de Vivanco» del S. XVIII que recibe esta denominación porque en el siglo XIX albergó la firma comercial «Viuda de Vivancos Ortiz». Según Ferrer Selma y Máñez Solsona (2015), en origen tenía como finalidad la comercialización agrícola, especialmente de aceite, vino y sedera. El edificio de parcela sensiblemente cuadrada entre medianeras y de planta baja, primera y «andana», cuenta con una fachada principal simétrica de estilo neoclásico.

Según Antoni Cubillos Royo (1993) el conjunto, que era propiedad de la Marquesa viuda de Mina, fue adquirido en 1774 por Josefa de Pineda y tras diversas trasmisiones en los siglos siguientes, en 1975, acabó recalando en manos de Manuel Moreno Olmos y Jane Tarazona Romeo. De estos últimos „tras la declaración en octubre de 1981 por el Ministerio de Cultura del bien como monumento histórico-artístico de interés local„, pasó en abril de 1982 a ser propiedad municipal. El consistorio promovió entonces su rehabilitación y pasó finalmente a albergar el ayuntamiento, inaugurado en septiembre de 1988. Para realizar esta intervención se siguió el proyecto elaborado por el estudio «Vetges tu i Mediterrània» por el que de forma poco acertada fueron sustituidas las carpinterías de madera de sus ventanas y puertas y se eliminó el enlucido de su fachada principal dejando su ladrillo visto. Afortunadamente, en el último catálogo del PGOU de 2011, quedó protegido como Bien de Interés Cultural (BIC) con nivel de protección integral.

A continuación en Albal, junto al camino de Santa Ana, estaba Villa María del Pilar o «Hort de Ca Lafré», un antiguo e interesante «hort de tarongers» que seguía la disposición primigenia de estos conjuntos. En ellos, según Adrià Besó Ros (2012), la fachada de la casa se alineaba al cercado exterior, una disposición que en los huertos con fines comerciales como en este caso se da desde finales del siglo XVIII hasta los años 80 del XIX. De hecho éste ya consta en el «Plano de Valencia y sus alrededores» de 1883 con el nombre de «C. de Sanchiz». El edificio de planta baja y una altura constaba de una planta rectangular de fachada principal simétrica, en el que sus construcciones giraban entorno a un patio central en el que se levantaba una singular torre miramar. Ésta era de planta cuadrada de influencia barroca con ventanas de arco de medio punto con balaustradas, que se repetían en el antepecho de coronación acompañadas por bolas y pirámides. Sin embargo, a pesar del interés de este conjunto, cuando en 1990 se encontraba en estado de deterioro fue derribado para la construcción en su lugar de naves industriales que forman parte del polígono oeste del municipio.

El casino es otra de las tipologías de edificios de uso público de las que se conservan o han existido diferentes muestras en la comarca. En Albal se encontraba el Casino «Hogar del Productor» o antiguo Casino republicano «La Democracia», un edificio con una interesante fachada simétrica de en torno a los años 20 que se ubicaba en la actual plaza del Jardí 7 de la población. Según Francesc Martínez (2004), el edificio acogió el movimiento político y social más activo de Albal durante la Segunda República y en la dictadura franquista se convirtió en «Hogar del productor». Sin embargo, en 1992 fue derribado como en el caso anterior, bajo alcaldía de Agustín Zacarés Vila, levantándose sobre su solar el actual ayuntamiento.

Llegamos a Alcàsser, donde junto al antiguo camino de Silla, a las afueras de la población, se encontraba en 1982 la Ermita de la Mare de Déu dels Desemparats, levantada entre finales del siglo XIX y principios del XX. Ésta entonces todavía se encontraba junto al acceso al «Hort del Platero», con el que formaba un conjunto por el aparejo de ladrillo con el que estaba construido también el cercado de este «hort». El templo, con una reducida planta de nave única de estilo neoclásico y cabecera poligonal, cuenta con una fachada principal íntegramente de ladrillo rematada con forma de gablete en la que se aprecian elementos de estilo neogótico.

En los años 60 se inició la construcción de naves en el actual Polígono Industrial de l'Alter, próximas a la ubicación de la ermita. Con la expansión del polígono en los años 90 acabó demoliéndose «l'Hort del Platero» en cuyo acceso se encontraba integrado el templo. De esta manera la ermita quedó rodeada de fábricas y almacenes y enclavada en medio de la calzada de la calle dels Argenters, por lo que quedó descontextualizada en su entorno. Actualmente no se encuentra protegida pese a que por la modificación de la Ley de patrimonio cultural valenciano de 2007 tiene la consideración de Bien de Relevancia Local por ser arquitectura religiosa.

En esta misma población, en una manzana exenta delimitada por las calles Mercat, Llavador y la avenida Constitució, se encuentra el mercado de Alcàsser. El edificio de planta baja rectangular y cubierta a dos aguas fue construido dentro del período del tardoeclecticismo arquitectónico, predominando en sus fachadas el neoclasicismo. Los elementos característicos de este estilo quedan presentes en el remate triangular y las pilastras de orden jónico de sus fachadas presentes en sus frentes norte y sur, de escala monumental, y las columnas dóricas de sus alzados este y oeste. Según Manuel V. Febrer Romaguera (2005), este conjunto fue finalizado en 1927 durante la Dictadura de Primo de Rivera en el borde del casco urbano, sobre los terrenos en los que se levantaba el lavador público construido en la segunda mitad del siglo XIX.

A principios de los 80 el edificio sufrió la construcción de bloques de viviendas de diversas alturas en su entorno afectando a su escala, así como reformas en sus huecos de fachada. A esto se suma que desde entonces se han modificado en diversas ocasiones los colores de sus alzados, entre los que predominaban el blanco y el gris y se han levantado puestos de venta en su interior, a los lados de su nave, compartimentando en parte su espacio diáfano original. Todas estas intervenciones le han restado monumentalidad, a pesar de que el bien fue protegido en 1997 por el catálogo del PGOU.

En Picassent, en la plaza de la Ermita 2, se encuentra la Ermita de la Mare de Déu de la Vallivana construida entre 1738 y 1743 en la entonces periferia del casco urbano y dedicada a la patrona de la población, cuya advocación es originaria de Morella. El bien, según la «Guía de Arquitectura de la Provincia de Valencia» (2002) es de nave única con planta de cruz latina, cubierta con bóveda de cañón, sobre cuyo crucero se levanta sobre pechinas una cúpula con tambor octogonal con una ventana en cada cara. Su fachada principal, reformada en 1900, es simétrica y presenta motivos barrocos de raigambre popular en la que se representan, con monocapa de acabado mineral de árido rodado de color marrón, sillares con columnas salomónicas de orden gigante. Sobre éstas se dispone su espadaña con dos campanas insertadas cada una en un hueco con arco de medio punto entre dobles pilastras.

En 1986 el templo fue incluido junto con las antiguas escuelas y convento como conjunto en la relación de edificios y elementos de interés de Picassent de las Normas Subsidiarias, mientras que en 1999 pasó a formar parte del catálogo de elementos y conjuntos protegidos del PGOU. Sin embargo, desde 2007 está pendiente de ser declarada como Bien de Relevancia Local por ser de tipología religiosa. Además, entre el año 2002 y 2007 se llevó a cabo su restauración, durante la cual se intervino en su cúpula, aunque no se conservaron en su lugar sus tejas originales, así como se consolidaron sus muros y se reprodujo de manera impropia parte del acabado de su alzado principal en el resto de sus fachadas, con un esgrafiado de color gris y blanco.

Finalizamos nuestro recorrido en Silla, donde en la Calle del Port 21 esquina calle Sant Josep 56 se encuentra la «Casa de la Font de la bàscula». El edificio en origen de planta baja y una altura fue promovido hacia los años 20 por el entonces notario de la población Tomás Catalá Serra (1858-1941) y su esposa Josefa Cortina Ferrando (1858-1925). La antigua residencia es de estilo tardoelecticista y cuenta con una profusa decoración que recorre algunos elementos de sus fachadas como el antepecho de coronación del cuerpo principal o el recercado de algunos huecos.

El edificio, a principios de los 80, estaba en estado de deterioro y ya no pertenecía a la familia Catalá-Cortina, que lo vendió tras la muerte del notario en 1941. Sin embargo, en 1986 pasó a ser propiedad del consistorio, que en mayo de 1990 inició los trámites para su rehabilitación finalizándola en 1995, tras la que pasó a albergar los servicios sociales municipales. Esta actuación supuso el vaciado interior del bien, su sobreelevación en una planta y la eliminación de gran parte de sus carpinterías de madera originales, lo que ha afectado gravemente a sus valores culturales. Afortunadamente sus fachadas fueron protegidas por el catálogo del PGOU de 2003, aunque posiblemente debido a esta intervención no fue admitida entonces su catalogación como Bien de Relevancia Local por la Dirección General de Patrimonio.

En definitiva, un patrimonio emblemático que en muchos casos ha desaparecido, se encuentra abandonado o ha sido intervenido de forma impropia, el cual no debería haberse visto afectado en estos últimos 30 años, sino todo lo contrario: tendría que haberse preservado, protegido, restaurado y difundido.

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