Francisco Sánchez no ha podido matricular a sus hijos en Cartagena para no perder la plaza en Xirivella, en caso de que no culminara la operación. Y ante la incertidumbre que se le plantea en pocas semanas, asegura que su familia no se va a quedar en la calle. «No me gustaría tener que pegar una patada en la puerta y vivir de okupa en mi propia casa porque tengo derecho a la dación y a un alquiler social», lamenta este vecino. l. s. xirivella
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