Había mucha expectación ante la parroquia de la Mare de Déu de l'Olivar de Alaquàs. Habían pasado unos minutos de las 20.30 horas, decenas de personas esperaban a la salida de la virgen, patrona de la localidad, pero también a escuchar la melodía que iba a interpretar la banda de la Unió Musical d'Alaquàs. El contrato que firmó la directiva hace unos meses con la clavaría que organiza la fiesta lo dejaba bien claro: cuando saliera la patrona los músicos tenían que interpretar el Himno de España, algo que no ocurría en esta localidad de l'Horta Sud desde hace más de una década.
Esta imposición contractual venía envuelta de cierta polémica. En el mismo seno de la clavaría, algunos miembros no eran favorables a «mezclar política con religión», pero tras un debate interno la mayoría de los clavarios había apoyado esta decisión. Tampoco en la UMA había unanimidad al respecto y algunos músicos habían apuntado a negarse a tocar sus instrumentos para hacer sonar la Marcha Real. El gobierno local socialista prefirió no terciar en el conflicto, aludiendo a un acuerdo de la transición que separaba administración local y organización de fiestas religiosas. Sólo Compromís se había mostrado radicalmente en contra de volver a escuchar la «marcha granadera» en este tradicional acto, punto álgido de las fiestas de Alaquàs.
Con todos estos antecedentes, cuando ya habían salido los primeros procesionarios y estaba a punto de que apareciera la imagen de la Mare de Déu empujada por dos bueyes (tradición también recuperada del pasado festivo) el clavario mayor Paco Martínez se acercó al director de la banda Enric Parreño, y a su presidente Lute Fernández, y les dijo algo. Cuando la imagen de la patrona salió por la puerta de la iglesia los músicos empezaron a tocar y lo que salió de sus instrumentos no fue el Himno de España sino la Marcha Procesional de la Mare de Déu de l'Olivar. Caras de sorpresa, algunas también de satisfacción y unos cuantos devotos que entonan el himno local a su virgen, como venía sucediendo desde hace más de una década. Algunas fuentes apuntaron ayer que la decisión había sido de los propios clavarios tras un debate interno debido a la polémica de los últimos días, y que los músicos no supieron hasta el último momento que la Marcha Real se caía del repertorio.
La procesión continuó sin ninguna novedad más, incluyendo el tradicional Cant de la Carxofa, uno de los momentos más emotivos de la jornada. De esta forma —y tras días de actos culturales y religiosos organizados por la clavaría— se dio por cerrada una de las dos jornadas grandes de las fiestas alaquaseras, perjudicadas por las lluvias caídas en la madrugada del martes ya que hubo de suspenderse la «mascletà».
