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El valor catastral de los inmuebles urbanos en l´Horta ha crecido un 71 % desde 2006

Los consistorios recaudan más al haberse incrementado en nueve años un 24 % el número de propiedades y en un 112 % su valoración

Cada año los ayuntamientos de la comarca recaudan más dinero a sus vecinos a cuenta de sus propiedades, y eso que la mayoría de los gobiernos locales han rebajado en los últimos tiempos el tipo impositivo de sus Impuestos de Bienes Inmuebles (IBI). ¿A qué se debe esta contradicción? ¿Por qué recaudan más (47 millones de diferencia entre 2009 y 2014) si han rebajado la contribución?

Los factores son diversos: durante años la población de la comarca ha crecido (sólo se ha estabilizado en los últimos tres años) y en los tiempos del «boom» del ladrillo se construyó mucho y esas viviendas y edificios comerciales pagan impuestos (o, al menos, deberían hacerlo) ya que están sujetas a tributación estén o no ocupadas. Tampoco hay que olvidar los recargos que en 2012 decidió aplicar el Gobierno central.

Pero la principal razón de este aumento de la recaudación es el incremento del valor catastral de los bienes inmuebles (cabe recordar que la base imponible del IBI esta constituida por el valor catastral de los inmuebles). Desde 2006 a 2015 el valor medio de los inmuebles urbanos en la comarca ha aumentado en un 71 %, según se desprende de los datos recogidos este año por la Dirección General del Catastro sobre el valor catastral total de los 43 municipios y el número de bienes inmuebles registrados.

En el año 2006 en l´Horta había contabilizados 453.700 inmuebles urbanos por un valor catastral total de 16.819 millones de euros. En 2015 (con datos provisionales) el número de inmuebles registrados era de 563.255 y su valor total superaba los 35.706 millones de euros. Así pues, el número de bienes inmuebles registrados en la comarca se ha incrementado en un 24,1 % en los últimos nueve años, mientras que la suma de su valor ha aumentado en un 112 %. En 2006, el valor medio de un inmueble en l´Horta era de 37.070 euros. En 2015 ese valor medio había crecido hasta los 63.390 euros (un incremento del 71 %).

El valor catastral de un bien está formado por la suma del valor catastro del suelo y el valor catastral de la construcción en el caso de que la tenga. Así, para determinar este valor se tienen en cuenta criterios como la localización del inmueble, las circunstancias urbanísticas que afecten al suelo y su aptitud para la producción. También se tiene en cuenta el coste de ejecución material de las construcciones, los beneficios de la contrata, honorarios profesionales y tributos que gravan la construcción, el uso, la calidad y la antigüedad edificatoria, así como el carácter histórico-artístico u otras condiciones de las edificaciones. Y, por último, se calculan los gastos de producción y los beneficios de la actividad empresarial de promoción, o factores correspondientes en caso de no existir dicha promoción.

A partir de estos criterios se puede obtener la valoración colectiva de los bienes mediante el procedimiento conocido como revisión catastral, en el que se actualiza simultáneamente los valores catastrales de los inmuebles de la misma clase de un municipio (urbanos o rústicos) con la finalidad de homogeneizar y referenciar uniformemente su valor con el de mercado.

Esta revisión catastral se debe hacer una vez cada diez años. Sin embargo, en la comarca hay municipios como Xirivella, Silla y Emperador que aún tienen sus inmuebles valorados como en 1995, y la Pobla y Rocafort en 1996. Precisamente, Xirivella y Emperador son las dos localidades donde el valor catastral medio por inmueble urbano es menor en toda la comarca (29.610 euros y 22.740 euros respectivamente) y también son las que menos recaudan. El valor medio de un bien inmueble en Rocafort (59.160 euros) no sobrepasa el valor medio de la comarca (63.390 euros) pese a tener algunas de las casas y urbanizaciones más caras de toda la Comunitat Valenciana.

La mayor parte de las revisiones catastrales se llevaron a cabo entre 2004 y 2009, siendo 2008 el año en el que más ayuntamientos decidieron actualizar el valor de los inmuebles de sus municipios. Ese año la burbuja inmobiliaria estaba a punto de estallar y los precios estaban especialmente altos. No es de extrañar, pues, que de los cinco municipios con los valores catastrales más altos, cuatro (Beniparrell, Massalfassar, Puçol y el Puig) aprobaran sus nueva valoración catastral en aquel 2008.

En su caso, Beniparrell y Massalfassar no son únicamente los municipios con inmuebles más valorados (270.770 euros por inmueble de media el primero, y 117.120 euros el segundo) sino que son también desde hace unos años donde los ayuntamientos más recaudan en IBI pese a no tener, ni mucho menos, la tasa impositiva más alta.

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