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«La inversión para salvar la cartuja ha sido monstruosa»

La firma que explota el conjunto religioso anuncia la próxima restauración del claustro mayor y descarta un segundo hotel «Hay novios preocupados por la venta que nos llaman por si no van a poder celebrar su boda»

«La inversión para salvar la cartuja ha sido monstruosa»

En los últimos días, Narciso Vicente, responsable del negocio de hostelería que explota la antigua cartuja de Ara Christi, ha tenido que contestar a decenas de novios que llaman preocupados por la noticia de la posible venta del cenobio en el que van a celebrar su boda. Tal como ha publicado este periódico, varias inmobiliarias ofrecen la propiedad del monumento por 17 millones de euros (e incluso uno de los agentes ha asegurado que está estudiando varias ofertas) mientras que la actual dueña del cenobio, la empresa Ciudadela de Inversiones, niegan cualquier operación.

«Hasta donde nosotros sabemos, la cartuja no está en venta y así se lo hacemos saber a todas las novias que nos llaman „explica Narciso Vicente„. Nos preguntan: y qué pasa con mi boda. Y nosotros les decimos que, independientemente de que se pueda vender o no, nosotros tenemos un contrato y ninguna celebración corre peligro».

La empresa Gourmet Catering empezó a trabajar con Ciudadela de Inversiones (firma propiedad de la familia Nebot Oyanguren) hace 13 años «y mantenemos una relación muy estrecha con ellos. Esta misma semana hemos hablado con ellos y nos han asegurado que no se han planteado vender Ara Christi. Nosotros podríamos estar interesados, pero no nos lo han planteado», asegura el hostelero.

Socios desde 2002

Gourmet Catering adquirió la explotación del cenobio en 2002, año en el que se inició la rehabilitación del conjunto religioso a través de un proyecto a cargo del arquitecto Salvador Vila, responsable también de la restauración del monasterio de la Valldigna o de la cúpula de la catedral de Valencia. Narciso Vicente explica que su empresa «ha colaborado» con Ciudadela de Inversiones en esta restauración, y señala que «la inversión que se ha hecho para salvar la cartuja ha sido monstruosa», aunque no quiso precisar el montante de esta «monstruosidad». Ante las críticas a algunas de estas intervenciones en el conjunto monástico, como las que realizó ayer en este periódico el profesor de la Universitat de València, Albert Ferrer Orts, Narciso Vicente reconoció que «todo es criticable, pero habrá que poner en una balanza esas actuaciones con el esfuerzo realizado para salvar un monumento que estaba echado a perder». «Nadie cuenta que la linterna de la cúpula estaba a punto de caerse, o que la bóveda estaba hecha un desastre, o del sistema antihumedad que hemos instalado en los muros», resaltó el empresario.

De todas formas, quedan todavía espacios históricos de Ara Christi por rehabilitar, principalmente el claustro grande (que durante décadas ha sido explotado como campo de naranjos), sus celdas anexas y la torre mudéjar. A este respecto, el propietario de Gourmet Catering anunció ayer que, tras «cinco o seis años» sin llevarse a cabo ninguna intervención «ahora vamos a retomar el plan director para recuperar el claustro mayor, señal de que todo va bien y de que los propietarios no tienen intención de vender la cartuja».

En los anuncios de venta de Ara Christi que ofrecen las inmobiliarias se incluye como «valor añadido» de la oferta las licencias concedidas por la Conselleria de Cultura y por el Ayuntamiento del Puig para construir un hotel de cuatro estrellas en la antigua zona de huéspedes de unos 4.000 metros cuadrados, compuesto por 56 habitaciones. Narciso Vicente aseguró a Levante-EMV que ni su empresa ni Ciudadela de Inversiones contemplan actualmente esta posibilidad. Ara Christi ya cuenta en la actualidad en su interior con un hotel de tres estrellas.

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