Las 200 empresas que tienen su sede en la segunda fase del parque empresarial Fuente del Jarro de Paterna siguen después de 35 años sufriendo los graves inconvenientes de no tener accesos directos a ninguna de las tres grandes vías de comunicación que lo rodean. Escribo estas líneas el 2 de Noviembre, con el túnel inundado tras una fuerte lluvia y con el acceso por Los Molinos también cerrado al tráfico, pero hace un mes el túnel se cortó por un incendio y semanas antes por un accidente de tráfico.
No existen alternativas de accesos para un camión, lo que redunda en un déficit de competitividad para las empresas y un grave trastorno para trabajadores, proveedores y clientes.
En el año 2000 el Pleno del Ayuntamiento de Paterna aprobó la construcción de un segundo túnel entre las dos fases, que iba a ser cofinanciado por Sepes. Se perdió una gran oportunidad y Asivalco decidió apostar por el diálogo con el Ministerio de Fomento para conseguir accesos directos al Bypass o a la V-30. Finalmente, se incluyeron dichos accesos en el proyecto de ampliación de la N-220 y la V-30 en las proximidades del aeropuerto de Manises, «inversión estratégica» que sigue sin ser dotada de una partida significativa para que, por fin, comiencen las obras.
Mientras, el tiempo pasa y nuestras 200 empresas y más de 3.500 trabajadores siguen esperando soluciones desde las diferentes administraciones públicas. Y el déficit en infraestructuras no queda ahí. En los últimos meses han vuelto a repetirse con excesiva frecuencia los cortes en suministro eléctrico, tanto a nivel de producción como en daños en equipos electrónicos.
No se invierte en modernización de infraestructuras al mismo nivel al que pagamos impuestos a las diferentes administraciones y recibos de suministros a las grandes compañías de agua, gas, fibra óptica, electricidad,?Somos un área empresarial con un alto nivel de servicios, pero necesitamos que las infraestructuras (accesos, red eléctrica, gas, limpieza viaria, etc?) estén al mismo nivel de eficacia.Nuestras empresas lo necesitan, lo pagan y, por lo tanto, nos lo exigen.
