Adoptar o acoger un perro o un gato que las asociaciones protectoras o las entidades que gestionan los refugios han recogido de la calle constituye una mayor garantía sobre la adaptación que estos animales tendrán con su futura familia, dado que han pasado por un proceso en el que voluntarios y profesionales lo han testado en cuanto a hábitos, carácter y sociabilidad, tanto con humanos como con otros animales. Éste es uno de los grandes argumentos que esgrimen los animalistas en sus campañas para fomentar adopciones o acogidas, frente a la compra de animales en establecimientos o criadores.

Además, con la crisis, los abandonos de animales de compañía se han multiplicado y, en muchos casos, las protectoras locales han de rescatar de la calle a hembras embarazadas por no haber sido esterilizadas o a camadas enteras de cachorros que morirían si no fueran recogidos.

Algunos de estos animales tienen la suerte de encontrar una casa de acogida donde pasan un tiempo antes de ser adoptados de forma definitiva. Para ello, las entidades gestoras tanto de las acogidas como de las adopciones realizan un minucioso proceso de selección de la familia que intenta garantizar las condiciones en las que estará el animal. Los perros y los gatos que entregan las protectoras están esterilizados «para que nadie haga negocio con ellos en el futuro o se vean sometidos a las condiciones en las que están en los criaderos», explican los animalistas, o bien son adoptados con compromiso firmado de esterilización, si su edad no lo permite antes. En algunos casos también se entregan con chip.

Estas páginas constituyen una pequeña muestra del trabajo que realizan las protectoras y la cantidad de animales que actualmente esperan una familia. La cifra de grupos animalistas organizados ha crecido de forma espectacular en pocos años en la comarca. En esta ocasión, han colaborado con Levante-EMV tanto Aupa, que gestiona el refugio público de la Mancomunitat de l´Horta Nord, como las protectoras Apax (Xirivella y Todo por ellos Hogar Felino (Albal), además de Sos Peludetes y Mi Mundo, que son dos de las cuatro establecidas en la ciudad de Torrent. Sus dirigentes insisten en la responsabilidad que hay que ejercer cuando se adopta un animal pero también en la infinidad de beneficios que proporcionan a las familias.