Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Patrimonio

Esgrafiado barroco en l´Horta (III)

En esta tercera y última entrega, tomando como referencia bibliográfica diferentes artículos y obras de Albert Ferrer Orts, les presentamos una muestra de esgrafiados que fueron incorporados a la decoración de diferentes edificios de nueva planta o reformados en época barroca en la comarca, aproximadamente entre 1642 y 1710.

Esgrafiado barroco en l´Horta (III)

Continuamos en Alaquàs el recorrido iniciado la semana pasada por las muestras que se conservan en l´Horta de esgrafiado barroco, donde en el interior del Palau-Castell, originario del siglo XVI, encontramos en la planta noble o primera del monumento, dos estancias en las que aparecen muestras de esgrafiados. La primera, en la torre Sureste junto a la escalera principal, en una de las pocas salas de este nivel que no quedan vistos artesonados ni forjados con estructura de madera. En esta ocasión estos motivos, cuyo fondo es de color azul grisáceo, aparecen en el friso del entablamento que decora esta estancia en su parte superior dibujando rostros de ángeles con alas entre ramas de parra.

La segunda junto a la torre Noroeste es una probable antigua capilla ubicada junto a una de las salas nobles del palacio señorial, cuyos esgrafiados fueron recuperados y restaurados en 2009 por el equipo de la doctora en Bellas Artes Trinidad Pasíes, debido a su avanzado estado de deterioro „en una intervención posterior a la rehabilitación integral del conjunto llevada a cabo entre 2005 y 2007„. Estos que se dataron por los arqueólogos Paloma Berrocal y Víctor Algarra como de finales del siglo XVII, «casi contemporáneos a los de la iglesia de l´Assumpció», se encontraban ocultos debajo de diversas capas de cal colocadas a lo largo de los años.

Los mismos decoran un espacio de planta rectangular, cubierto por dos interesantes bóvedas de arista con rostros de ángeles con alas, aves y motivos vegetales, así como un pasillo anexo cerrado superiormente por un techo plano decorado con motivos circulares, en los que se inscriben diferentes símbolos y caras de ángeles. Este ejemplo con fondo de color marrón claro destaca porque, a diferencia de como hemos visto en otros casos, no han sido repintados por encima por lo que se puede observar la técnica con la que fueron elaborados.

Según nos indica Ferrer Orts, no se conocen los autores de estos esgrafiados pero fueron muy probablemente realizados por los mismos artífices que los de la iglesia de «Nostra Senyora de l´Assumpció».

El Palau-Castell de Alaquàs protegido en 1918, uno de los primeros edificios de la Comunitat Valenciana en ser declarados monumento histórico-artístico, pasó a ser Bien de Interés Cultural (BIC) por el «Pla Especial de Protecció i de Reforma Interior del centre històric» (Pepri) en el año 2001. Afortunadamente su expropiación en 2002 dio lugar a una importante inversión para su rehabilitación integral tanto por parte del consistorio como del Estado, que posibilitó la recuperación de sus materiales y sus sistemas constructivos por expertos con técnicas adecuadas de restauración.

Llegamos a Torrent, donde en la calle de la Església 26 se halla la iglesia parroquial de la «Assumpció de Nostra Senyora» una obra originaria del siglo XVI levantada durante la transición del gótico al renacimiento. El templo es de nave única y cinco capillas laterales entre contrafuertes, una por cada vano, de las cuales dos son destinadas a sendos accesos, así como dispone de coro alto y capilla de la comunión a sus pies. Las cinco bóvedas de crucería de la nave, la bóveda de cañón recto del altar y las paredes de la iglesia fueron revestidas en estilo barroco en la segunda mitad del siglo XVII (aprox. 1676-1687-1697) por el destacado arquitecto Juan Pérez Castiel, que en esa misma época también realizó la reforma barroca del presbiterio de la Catedral de Valencia.

Como apunta Adriá Besó Ros (1994) esta actuación fue llevada a cabo directamente por este mismo autor al menos en una primera fase, de forma similar a la realizada en la misma época en «l´Assumpció» de Alaquàs. Sin embargo el incendio del interior del templo en las primeras semanas de la Guerra Civil, causó graves daños por lo que tuvo que ser restaurado tras el final de la contienda. Consecuencia de ello en la actualidad no se han conservado los esgrafiados originales en relieve como en el caso de Aldaia, sino que estos fueron repintados inspirándose para ello en los originales, de tal manera que como explica Besó, «el caso de Torrent constituye un claro ejemplo de lo que no debe hacerse, pues en vez de restituir aquellos sectores que habían sido dañados por el fuego, se procedió a eliminar toda la decoración y rehacerla de nuevo imitando el estilo anterior».

Las decoraciones que han llegado hasta nuestros días, están presentes en las pilastras existentes en el frente de los contrafuertes, entre las capillas, en el friso del entablamento y en los arcos fajones y nervios de las transformadas bóvedas de crucería. En el caso de la cabecera, estos aparecen decorando todo su intradós quedando divididos en paños rectangulares de tamaño medio, definidos por nervaduras doradas y también están presentes en el techo de la sacristía.

El edificio que fue protegido con nivel integral total por el PGOU de Torrent de 1990, fue incluido con la categoría de Bien de Relevancia Local en el catálogo del Pepri del centro histórico de Torrent aprobado inicialmente en el año 2013 y que después de más de dos años sigue todavía en tramitación.

Una cartuja y un monasterio

En último lugar llegamos al Puig de Santa Maria donde existen diversas muestras. En primer lugar, comentaremos las que se concentran en la cartuja de Ara Christi, junto a la antigua carretera de Barcelona. Según Ferrer Orts (2003) las podemos observar en la iglesia (hacia 1642), el trasaltar, la sacristía, la capilla mortuoria, la capilla de Santa Ana (1674), el aula capitular y el refectorio (1678). Este monumento destaca en palabras del profesor Ferrer (2004) por el hecho de que es un «resum de l´arquitectura i ornamentació que es feia a València i el seu regne entre les acaballes del segle XVI i el segle XVII i representa un excepcional colofó al model d´arquitectura pròpia de l´Orde. Amb particularitats com la cúpula (1621-1631) de l´església major, que es pot considerar com una de les primeres a terres espanyoles [y valencianas] i que al seu interior presenta els esgrafiats arquitectònics més antics documentats al regne de València, ja que tenen una importància capital en la decoració de centenars d´edificis, religiosos i civils, als territoris de l´antiga Corona d´Aragó».

De hecho, según este mismo autor cuando se consagró el templo de Arachristi (1640), la cúpula carecía de decoración esgrafiada en su interior, la cual se llevó a cabo a partir de 1642 a cargo de José y Francisco Campos, G. Escrivà, V. Izquierdo y Jaime Rebull. Posteriormente, éstos fueron objeto de diversas intervenciones por el impacto de rayos en la cúpula, de las cuales la última más importante en 1674 fue realizada por Juan Claramunt y Francisco Padilla, su sobrino. El resto de los esgrafiados de la cartuja són de esta última etapa, pero sin la riqueza estilística ni cromática de los de la cúpula.

Actualmente este templo que es propiedad privada se ve afectado porque gran parte de sus paredes, a excepción de los esgrafiados, fueron emblanquinadas en una intervención en la pasada década para adecuar su imagen a su actual uso para banquetes y eventos, quedando escondido de esta manera su color primigenio de «rosa seca» documentado como de a finales del siglo XVIII (1789-1792), lo que ha afectado a sus valores culturales y a su autenticidad. Respecto a su protección, la incoación de su expediente como Monumento Histórico Artístico en 1981 llevó, finalmente, a su declaración como BIC en el año 1996 por Resolución de la Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano, lo que ha permitido su preservación.

En segundo lugar, en esta población se halla el refectorio del Monasterio de Santa María del Puig, levantado en el siglo XVII durante la construcción del monumento que había sido iniciada en 1588. Éste se encuentra ubicado en la primera planta del conjunto junto a la esquina Noroeste, el cual está cubierto por una bóveda dividida en cinco vanos por arcos fajones carpanel de cinco centros. Éstos se apoyan sobre un entablamento bajo el que se ubican cinco ventanas a la izquierda, una por cada vano, y otras tantas a la derecha, en este último caso ciegas y ocupadas por diferentes lienzos. En esta muestra los esgrafiados sobre fondo gris verdoso, aparecen en los muros de los extremos norte y sur de la sala a la altura de las bóvedas, en el primer caso con la inscripción «1670» que indica el año de finalización de la estancia que corrió a cargo, como en el caso de «l´Assumpció» de Torrent, del arquitecto barroco Juan Pérez Castiel. Esta ornamentación también aparece en el intradós de los arcos, en el friso del entablamento y en una cenefa horizontal que se halla en la parte inferior de los huecos que se disponen a continuación en sentido descendente, prosiguiéndole un zócalo y un pavimento de baldosas de cerámica cocida que acompaña las carpinterías de madera de la sala.

Tras ser recuperada la propiedad del monasterio en 1967 por la orden mercedaria desde su pérdida en la Desamortización de Mendizábal (1836), en 1969 este conjunto «uno de los de mayor valor histórico y artístico del antiguo Reino de Va1encia» como recoge su decreto de declaración, fue protegido como Monumento Histórico Artístico por el Ministerio de Educación y Ciencia, siendo reconocido BIC, décadas más tarde, por el PGOU del Puig de 1999. Entonces se llevó a cabo su restauración, debido a su delicado estado de conservación, entre 1964 y la década de los 70 a la que contribuyeron económicamente numerosas poblaciones valencianas entre ellas algunas de la comarca como fue el caso de Torrent, que destinó al menos en una ocasión una ayuda de 3.000 pesetas en abril de 1968, tal y como consta en las Actas de la Comisión Permanente que se conservan en su Arxiu Municipal. Sin embargo durante esta actuación se realizaron algunas intervenciones estéticas en el bien que destruyeron elementos importantes. En la actualidad, esta construcción se encuentra necesitada de forma urgente de una nueva restauración.

Para concluir cabe decir que en muchos casos las muestras que hemos visto, han sido repintadas por encima por lo que sería interesante la recuperación de su pigmentación original como se llevó a cabo hace unos años en la probable antigua capilla ubicada en la planta noble del Palau-Castell de Alaquàs. No obstante este patrimonio, recopilado en gran parte por el profesor Albert Ferrer Orts, constituye una de las técnicas artísticas decorativas más empleadas y representativas del barroco valenciano. Es por ello un legado muy definitorio de la arquitectura religiosa y civil autóctona de época moderna que se debería preservar, adecuadamente, restaurar y difundir.

Compartir el artículo

stats