Como en las ferias de la Edad Media, sin intermediarios y comprando productos ecológicos directamente al agricultor. Así es el mercado de venta directa de Godella que se ha consolidado como un referente dentro de la comarca. Lo que nació en mayo de 2011 como una iniciativa mirada con recelo por unos y con expectación por otros, ha ido ganando adeptos hasta concentrar cada sábado por la mañana en la plaza de la Ermita a una treintena de vendedores y decenas de compradores.
El objetivo de este pionero proyecto es dar un espacio para que los agricultores locales puedan vender sus productos ecológicos sin la intervención de intermediarios y reactivar la huerta. A su vez, el mercado genera un espacio de dinamización económica y cultural que se complementa con la oferta de comercio local, artesanía, y productos tradicionales, para promover unos hábitos de consumo más saludables y justos.
El visitante podrá encontrar cada sábado en Godella puestos dedicados a la venta de productos agrícolas como fruta y verdura ecológica, miel o pan „elaborados siempre cumpliendo criterios de sensibilidad ambiental y proximidad-, artesanía y comercio local con herramienta agrícola y de jardinería, viverística, utillaje para la culinaria o complementos de gastronomía e incluso productos de asociaciones locales como libros y revistas.
El mercado también sirve como vía de escape a jóvenes agricultores de la comarca que a través de huertos de ocio se adentran en el mundo agrícola y les sirve de escaparate para vender sus cultivos. Por ello, el Consistorio de Godella remarca su «implicación en la promoción del medio ambiente a través del mercado» con el objetivo desde su implantación de «defender y proteger la huerta».
Susana Ferrando es una agricultora ecológica y una ferviente defensora de los canales cortos de comercialización. Cada sábado, desde el primer día que abrió el mercado, no falta a la cita. La joven destaca que es una «gran iniciativa» que se «ha consolidado como un referente de mercado ecológico» y que trata de «acercar al consumidor al productor inicial sin la presencia de intermediarios».
Ferrando recuerda que en los inicios del mercado los requisitos eran vender productos ecológicos o de cultivo tradicional, siempre que el agricultor fuera del municipio. Ahora, sólo se venden frutas y hortalizas de agricultura ecológica. «Son todos de temporada lo que permite educar y concienciar a la gente en este tipo de producto. Además , al evitar a los intermediarios provoca que los productos tengan un precio asequible pese a ser ecológicos ya que si pasa por varias manos y el consumidor acude a una tienda o supermercado los precios son mucho más caros», advierte la agricultora. En este sentido, Ferrando explica que este mercado «sirve para dignificar el trabajo del agricultor» y que los precios «le permitan que sea rentable hoy en día vivir del campo».
