Las concejalas de Sí Se Puede Aldaia, Gloria Folch y María Donate, no piensan dejar sus actas ni el grupo municipal porque consideran que quienes representan la marca —impulsada por inscritos en Podemos— son ellas y no la asamblea y, por tanto, les corresponde tomar las decisiones. A raíz de aprobar los presupuestos que presentó el gobierno socialista, en contra de lo que había aprobado la asamblea —el tercer edil votó en contra—, sus antiguos compañeros las consideran tránsfugas.
«Sí Se puede era una agrupación electoral que, por ley, es sólo un instrumento para las elecciones que deja de existir cuando pasan y lo que queda es el grupo municipal. Ellos lo saben. Esa asamblea no tiene personalidad jurídica ni potestad para decidir. El grupo toma sus decisiones por mayoría y dos de los tres estábamos a favor de los presupuestos», asegura Gloria Folch.
La edila indica que votaron a favor de los presupuestos porque los habían estudiado con representantes del Consejo Autonómico Ciudadano de Podemos, con los que trabajan habitualmente y porque incluyeron «numerosas propuestas que se han visto reflejadas en el incremento de las aportaciones en materia de empleo social, inserción laboral, talleres de empleo, programas de educación en los colegios de primaria contra la violencia machista y de género, y para revitalizar la huerta».
