En algunos monumentos plantados en un cruce, plaza o calle de Torrent no puede faltar la crítica y la sátira sobre la realidad social o el día a día. Este año, entre ´ninots´ o remates, se ha colado el cambio de color político en el consistorio, las discrepancias entre los presidentes de comisión y la Funta Local Fallera y otras circunstancias que vive la capital de l´Horta Sud.
Una de las fallas que ha apostado por analizar la situación local ha sido Avinguda con «Què venen el soviets!!», obra de Art en Foc. Entres las diferentes escenas del monumento, segundo premio de la sección especial, se ironiza sobre política o las fallas utilizando personajes o elementos propios de la cultura rusa. Así, los cinco líderes de los partidos de la corporación municipal Jesús Ros (PSPV), Amparo Folgado (PP), Pau Alabajos (Compromís) , Enrique Campos (C´s) y Jaume Santonja (Guanyant) aparecen convertidos en matrioskas, las típicas muñecas de madera que se meten unas dentro de otras. Ros y Folgado son de las mayor tamaño, dispuestos a ´comerse´ a los otros partidos para sellar pactos. En otra de las escenas, tres cosacos falleros bailan el kasachok, en señal de fiesta y libertad aunque se han revelado por decisiones de la junta, que está dispuesta a esperar a que pase el tiempo ya que sabe que los cosacos «siempre van por libre y nunca se han podido unir».
La polémica reforma del reglamento fallero sobre la obligación de que las mujeres porten la banda en actos que organiza Junta Local también aparece en el monumento con tres carteles donde Alfredo Andreu, presidente de Cronista Beguer, quiere «banda, pero de música», mientras que Mario Atienza, presidente de Toledo, «tiene 26 razones», en referencia al respaldo de casi todos los dirigentes falleros al reglamento. Por contra, Alfred Costa, concejal de fiestas, dice tener un «paperet», el informe que desaconseja imponer la banda.
Lucha por los «palets»
También en el apartado fallero, los presidentes de las comisiones de especial aparecen convertidos en cosmonautas rusos que luchan cada año por ser los primeros en clavar en la luna el ´palet´ del primer premio, aunque sus monumentos sean de poca calidad.
