Dicen que las casualidades no existen y que un golpe del destino te puede cambiar la vida. Ana Belén Giner, pionera de la «pilota» femenina, llegó a este deporte por un castigo de su padre, por algo que ni recuerda. Desde entonces se ha hecho camino en un deporte tradicionalmente de hombres y actualmente enseña a niños y niñas en tres escuelas de «pilota».
¿Cómo una niña de tan solo once años se mete en un deporte hipermasculinizado como la «pilota» valenciana?
Pues de casualidad. Yo jugaba a frontenis con mi padre y mi hermana. Un día me castigaron y, como siempre, te quitan lo que más te gusta y me quitaron la raqueta. Entonces, me fui al frontón donde había un hombre y me dijo que jugara con la mano y así empezó todo.
¿Y cómo fueron aquellos inicios entre chicos?
Al principio entrenaba por mi cuenta. Luego me apunté a la escuela de Borbotó. A partir de ahí empecé a jugar y a competir con los chicos del pueblo, a entrenar con Vicente Castelló y desde entonces ha sido un no parar, todas las semanas tenía partidas.
Hasta que se ha proclamado campeona de Europa en la modalidad de One Wall.
He tenido una larga trayectoria, pero no todo fue fácil. Al principio perdía todas las partidas. En un año solo gané una. Poco a poco fui mejorando en «galotxa» que era la modalidad que más practicaba y cuando comenzaron a disputarse ya partidas entre chicas de «raspall» comencé a ganar títulos hasta el Campeonato de Europa de One Wall del año pasado.
¿Durante toda su trayectoria ha tenido algún problema por ser mujer o algún episodio desagradable?
La verdad es que no. En algún pueblo de fuera, algún hombre decía «mira, que va a jugar una chica», pero, en general, todo el mundo me ha tratado muy bien y no he tenido ningún problema. No sé las chicas de hoy en día qué piensan pero yo me he criado deportivamente en un mundo de hombres y no he he tenido ningún problema. Siempre está el típico abuelo que puede decir algo pero a mí no.
¿Se considera una pionera en el mundo de la «pilota»?
No. Antes que yo ya había alguna que otra chica que jugaba como una joven de Riba-roja. Cuando se inició en 2007 el primer campeonato femenino fue cuando en realidad empezó a verse el movimiento femenino pero a mí me gustaba jugar y ya está, y no me considero pionera en este campo.
¿Cómo ve el deporte femenino y la pilota en particular?
Está claro que en los últimos años los títulos que han llegado a España han sido a nivel femenino y a nivel de la C. Valenciana, también. Creo que poco a poco vamos haciendo camino. Y a nivel de la pilota, van entrando cada vez más partidas de mujeres. El otro día jugaron en Pelayo una partida de chicas y cada vez hay más chicas jugando, pero es como todo, poco a poco, siguiendo un ritmo y sin acelerarlo porque si no se puede ir todo al garete.
¿Ve cerca su retirada?
Mientras mi cadera, mis brazos y, sobre todo, mi cabeza me permitan jugar, lo haré. A «raspall» ya no juego porque la cadera me lo impide pero en el resto de modalidades sigo compitiendo. También es verdad que tengo una hija de dos años y aunque me gusta mucho competir ahora soy mami y me tengo que dedicar a ella.
O sea que piensa en el Mundial de este verano.
Entrenaré para intentar ir, me lo voy a currar para estar como siempre hago pero si al final no voy pues no pasa nada.
Pero también está metida en el mundo de la «pilota» fuera del «trinquet».
Estoy en la Federació de Pilota, dentro del área de la Dona y soy monitora de «pilota» en tres escuelas: la de Borbotó, en el CEIP Rodríguez Fornos y en el IES Patraix.
¿Y qué les inculca a sus alumnos y alumnas?
Que se diviertan. Que jueguen y a partir del juego, aprendes. Ya llegarán a ser buenos algún día, pero ahora, en edad escolar, hay que disfrutar.
