Una docena de empresarios de Aldaia llevan años denunciando el «lamentable» estado que presenta el camino que lleva a sus empresas, situadas en el Camino de Torrent, en el conocido como Polígono Nº 5. Los profesionales, algunos de ellos asentados en la zona desde hace cuarenta años, explican que las baches causan daños en sus vehículos y que durante los días de lluvia el vial, catalogado como vía pecuaria, se convierte en un barrizal.
El grupo presentó varios escritos al Ayuntamiento de Aldaia, término al que pertenecen, pidiendo que la carretera, de unos dos kilómetros, se pavimentara. «Los baches son enormes. Yo he dañado el tubo de escape y raje una rueda al golpearla con una piedra», explica Manuel Valiente, uno de los empresarios. «Y cuando llueve aún es peor. Los baches se convierten en charcos gigantes, y si no conoces el terreno o te confías, piensas que no son profundos y metes media rueda. Además hay montículos que acumulan el agua en forma de balsa y al pasar te entra agua dentro del coche», apunta.
El consistorio contestó que la competencia de las Vías Pecuarias es de la Conselleria de Medio Ambiente, a la que traslado la queja pidiéndole que como titular la mantuviera en buen estado. También lo hizo al Emtre, Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos, cuya sede se encuentra en la misma zona, pero en el término de Quart y su acceso sí está pavimentado.
Los empresarios sostienen que el camino «ha estado siempre en condiciones transitables, como cualquier camino de este tipo, pero desde que empezaron a pasar los camiones del Emtre y los de otra empresa que vienen a depositar en una gran parcela la tierra que extraen de grandes obras como el metro, el camino se ha deteriorado mucho. Cualquier pequeño bache se convierte en uno de gran diámetro por el paso de vehículos pesados. Hasta 200 contabilizamos en un solo día», indican. De hecho, algunos de estos camiones depositan la tierra en el camino para cubrir los baches.
En la misiva, Aldaia requería al Emtre que repavimentara el tramo del camino que afectaba a su término y que si no lo hacía se iniciaría un expediente de ejecución subsidiaria de los gastos. La contestación del Emtre fue clara: «No se nos puede achacar en exclusiva el desgaste y deterioro del camino» ya que su tráfico de camiones «no es significativo respecto al tráfico, de mucha mayor intensidad, que generan otras empresas del polígono». Además, descargaba en la titular de la carretera la obligación de su conservación.
Prohibición y limite de 30 km/h
Por su parte, desde la Conselleria de Medio Ambiente se emitió un informe técnico en la que se aseguraba que el Camino de Torrent, también conocido como de Hornillos, es una vía pecuaria y como tal « el tránsito de vehículos motorizados no agrícolas está prohibido, salvo que con carácter excepcional lo autorice la conselleria». Por este motivo, «el mal estado del firme no impide llevar a cabo las actividades que contempla la ley» como el paso de ganado o el desplazamiento de maquinaria agrícola. Es más, en el expediente se instaba a la «señalización de la vía pecuaria, prohibiendo la circulación de vehículos a motor no agrícolas, limitando la velocidad máxima a 30 km/h a los agrícolas, y adoptando cuantas medidas sean necesarias para garantizar la prioridad del paso pecuario».
Pese a la contundencia de la respuesta del Consell, los empresarios han seguido presentando quejas pero el estado del camino sigue siendo el mismo.
