El deporte ha acompañado a Ruth Aguiler toda su vida, por eso su amor por la actividad física no dejó que un accidente de tráfico ni una silla de ruedas acabaran con sus sueños, ya que ella cuenta que el deporte le permitió volver a ser una persona fuerte y reinventarse. Ahora, madre de tres hijos, se dedica a su cuidado, con el recuerdo de toda una vida siendo deportista de élite, y cuenta sus experiencias tanto en el mundo del deporte como en la vida misma.
¿Cómo empezó en este mundo del atletismo?
En el colegio hice balonmano y atletismo y ya comenzaba a competir de forma más seria. De hecho, competí a nivel internacional con 17 años, ya que participé en competiciones con la selección española, pero tuve un accidente de tráfico que me provocó una fractura en la columna y me quedé 11 días en coma. A partir de ahí empecé a descubrir el deporte adaptado.
Ha practicado diferentes deportes adaptados, ¿Por qué se decantó por el atletismo?
Empecé a descubrir el deporte adaptado con natación y baloncesto pero de forma profesional he practicado halterofilia, la actividad que me llevó a ser la pionera en conseguir medallas a nivel mundial como mujer y en un deporte adaptado, y atletismo, el deporte con el que fui a los juegos de Londres 2012.
¿Tenía alguna preparación mental a parte de física antes de una competición?
Sí, mi preparación era pensar en que tenía un objetivo claro que tenía que alcanzar. Pensar que querer era poder y no rendirme.
¿Qué pasó después de los Juegos Olímpicos de 2012?
Tuve que priorizar y dejé el deporte. Las mujeres tenemos un handicap añadido en todos los ámbitos del deporte, sobre todo cuando somos madres. Muchas veces hemos de renunciar a nuestros sueños y objetivos. Ese fue mi caso, tengo tres hijos maravillosos pero llegó un momento en el que era muy difícil compaginar las dos cosas. Son necesarios más apoyos, no puede ser que cuando eres madre todo se acabe ahí. Es un tener ganas y no poder.
¿Cuál es la razó, en general, de dejar el deporte?
Yo creo que la mayoría de gente se lo deja por falta de apoyos y porque cuesta dinero, pero sobre todo porque no tiene todos los apoyos que le gustaría. También hay que conocer cada situación particular para hablar.
¿Cuál es su mejor recuerdo en su carrera deportiva?
Sin duda algún, mi mejor recuerdo es la primera vez que entré en el estadio olímpico de Londres en 2012. Había sido tan duro el camino, que lloraba y reía a la vez. Era muy feliz de ver que por fin mi sueño se había cumplido y que todo lo que había luchado había merecido la pena.
¿Piensa volver al deporte?
La verdad es que ahora mismo lo veo muy lejano, quizás porque no encuentro el apoyo que yo contemplo necesario para volver. Pero también porque ser mamá de tres nenes me quita mucho tiempo, hay mucho que hacer.
¿Inculcará a sus hijos la afición del deporte?
Si, claro, ¡ya están apuntados! El primero, a fútbol y los mellizos, a natación. Es importante transmitir una cultura de esfuerzo y superación.
