«En el momento en el que la organización taurina de los festejos le vende una entrada a un menor, sin tener constancia de que éste lo es, pasa a ser responsable de lo que pueda ocurrir. A mi hija le vendieron una entrada sin comprobar su edad». Así de tajante se mostró la madre de la niña de 13 años que recibió una cornada de 10 centímetros de profundidad en la parte posterior de la pierna izquierda en la plaza portátil de Museros, en la madrugada del sábado.

«A mi hija nadie le pidió que se identificara, es decir, ella no mostró su DNI antes de pagar tres euros por la entrada al recinto. Los encargados del evento asumieron que era lo suficientemente mayor como para acceder, no entiendo por qué ahora la culpan», alegó esta mujer en declaraciones exclusivas a Levante-EMV.

La organización, sin embargo, insistió en que la joven de 13 años hizo caso omiso a las indicaciones que se le dieron. La niña, en cambio, aseguró que tras subir a esta zona, una de las encargadas del acto le indicó que no podían sentarse porque el aforo estaba completo y que permanecieran abajo «con cuidado». Además, algunos testigos de los hechos desmintieron que la menor estuviese «mirando su móvil» como apuntaron desde la organización y desde el consistorio del municipio.

«Sentí como si la vaquilla me hubiese dado un golpe con la cabeza. Luego me di cuenta de que tenía sangre, me mareé y fue ahí cuando me llevaron a la ambulancia», explicó la menor. Fue operada el sábado y continúa ingresada en el Hospital La Fe de Valencia. La madre lamentó que desde la organización de Museros no se hayan interesado por el estado de la niña como sí han hecho desde Meliana.