El curso de natación de la Piscina Municipal de Puçol concluyó con muy buen sabor de boca. «Los niños han disfrutado muchísimo», afirmó hace unos días David Germes, responsable de la empresa contratada por el ayuntamiento que gestiona la piscina. «Como cada año, han evolucionado enormemente: el primer día no quieren soltarse del bordillo ni sumergir la cabeza, pero el último cuesta sacarlos del agua», añadió el técnico.

Durante el acto del último día, Germes y tres de los monitores fueron llamando a los niños para entregar a cada uno su diploma correspondiente y hacerse una foto con ellos, mientras los padres aplaudían y fotografiaban.

El cursillo, cuenta con un total aproximado de 30 alumnos que, repartidos por edad al principio, luego se reordenan según su nivel y mejoría. «El agua es un medio peligroso si no se cuenta con la supervisión y ayuda necesarias», aseguró el responsable, por lo que cinco monitores y un socorrista custodian la piscina para que el baño sea totalmente seguro y las únicas preocupaciones sean aprender y disfrutar.

«Cada día les hacemos una clase diferente para que, además de aprender cosas nuevas, se lo pasen en grande: juegos, diferentes modalidades de natación, ejercicios con churro, con aros?» comenta Óscar Torres, uno de los monitores. Ahora ha comenzado el curso del mes de agosto, que deja espacio en la piscina a otros niños que también quieren disfrutar del verano y conocer gente nueva.