Quince días sin agua. Es la pesadilla que están viviendo los residentes de alrededor de 150 chalets de la urbanización Buenavista de Torrent. El pozo que lleva décadas suministrándoles el agua de riego ha visto reducido su nivel hasta tal grado que el motor ya no puede bombearla.

Tal y como explican los vecinos, el núcleo principal de chalets —una cuarentena— se construyeron hace entre treinta y cincuenta años. El dueño del pozo les proporcionaba agua a través de una canalización y llenaban depósitos y aljibes para poder lavar, ducharse y saneamiento y solo pagaban por el tiempo que tardaban en llenar sus cavidades. Llegado un momento, el suministrador se ofreció formalizar la situación mediante un contrato. Se construyeron tuberías de PVC y se instalaron contadores. Cada residente llegó a pagar unas 157.000 pesetas de entonces para conseguir una conexión directa.

Los mismo vecinos relatan que conforme la urbanización fue creciendo, el dueño del pozo siguió formalizando contratos. Durante este tiempo han tenido agua sin problemas pero, al parecer, el acuífero ha dicho basta y ya no hay nivel suficiente para abastecer a los chalets. «Llevamos quince días sin agua. Esto no puede ser. Aquí hay gente mayor y niños. Usamos cubos para los baños y nos duchamos a duras penas pero qué hacemos con la lavadora», critican los residentes. Según relatan, «el acuerdo contemplaba que el suministrador nos proporcionaba excedente y parece que ahora ya no queda», lamentaba.

Ante esta situación, el Ayuntamiento de Torrent envió a finales de la pasada semana una cuba con agua no potable para abastecer a los residentes, pero apenas hubo vecinos que se acudieron a por suministro ya que parece que les resultaba más cómodo usar la almacenada en depósitos y aljibes o de las propias piscinas.

Reunión en el ayuntamiento

En este sentido, ayer se celebró una reunión en el consistorio entre el administrador de la urbanización y el propietario del acuífero para analizar la situación y tratar de alcanzar alguna solución, aunque sea de carácter provisional. Por el momento, según ha podido saber este periódico, técnicos van a estudiar la situación en la que se encuentra realmente el pozo para valorar si se puede extraer más agua con alguna perforación. La otra posibilidad es recurrir a algún pozo cercano para, al menos, paliar la situación en lo que resta de verano.