La iglesia de Sant Joan Baptista de Manises amaneció el lunes con un ataque de vandalismo. La fachada del templo, un edificio protegido, presentaba tres pintadas, en lo que parecía ser una manifestación satánica. En concreto, sobre la puerta de acceso se grafiteó con espray rojo «666», el considerado número del diablo. Por contra, en cada una de las bases de las dos columnas que adornan la cara principal de la parroquia los vándalos pintaron una especie de esvástica y un pentagrama, aunque el de origen satánico sería invertido al plasmado.

El concejal de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Manises, Xavier Morant, lamentó el incidente destacando que «todos los edificios tanto públicos como privados, forman parte del patrimonio histórico local que se tiene que respetar y cuidar puesto que forman parte de nuestra historia como pueblo». En este sentido, remarcó que está previsto que, «en un futuro cercano, este edificio pase a formar parte del catálogo de bienes de relevancia local que se está preparando en la ciudad de Manises».

No es la primera vez que la iglesia de Sant Joan sufre este tipo de ataques, ya que hace unos años ya fue objeto de pintadas pero no en su fachada. Ahora se requerirá de una limpieza especial para tratar de no dañar la piedra original ni el material que componen la puerta. El concejal apuntó que la gamberrada «supondrá un gasto extra pero espera que se puedan reparar todos los desperfectos de la mejor forma posible».

La iglesia de Sant Joan comenzó a construirse en 1734 y se inauguró en 1751. Sus elementos más destacados son la cúpula de tejas de reflejo metálico dorado y la imagen de piedra del santo que corona la fachada, obra del artista Octavio Vicent. También resalta la fachada con su puerta de inspiración clásica tallada en piedra. En su interior se conservan grandes ornamentos cerámicos realizados por artesanos de renombre.