El pasado sábado la alcaldesa de Moncada, Amparo Orts, invitó a las peñas taurinas de las pedanías de Valencia a participar en los «bous» de esta localidad de l´Horta Nord. Con ese gesto la regidora socialista mostraba su apoyo a los aficionados taurinos de Carpesa, Massarrojos, Benifaraig y Borbotó después de que el alcalde de Valencia, Joan Ribó (Compromís), haya prohibido la celebración de este tipo de festejos en el «cap i casal».

Ribó, ya se sabe, no ha sido el único mandatario del área metropolitana elegido tras las elecciones municipales de 2015 que ha tomado decisiones para limitar o prohibir los «bous al carrer» en sus municipios alegando el sufrimiento de los animales. En Xirivella y Aldaia los alcaldes socialistas impulsaron consultas populares que han acabado prohibiendo los toros. En Silla, también con edil socialista, una encuesta ciudadana dio como resultados la eliminación del «bou embolat» y «en corda», pero no los encierros. Y en Paiporta la nueva alcaldesa de Compromís decidió destinar a la compra de libros de texto la subvención que su antecesor del PP solía conceder a la peña taurina local. En otras localidades de l´Horta Sud (Picassent, Alcàsser, Beniparrell, Albal, Alfafar o Mislata) hay peñas que siguen celebrando estos festejos con más o menos apoyo institucional. Pero en la mayor parte de la comarca esta tradición ya forma parte de un pasado bastante lejano, anterior a las oleadas de inmigrantes que modificaron decisivamente la economía, cultura y costumbres de las poblaciones que les acogieron.

En cambio, en el lado norte del Turia „donde la inmigración fue mucho menor en los años 60 y 70 y donde la economía agrícola ha permanecido durante más tiempo„ los «bous» están más vivos que nunca (excepto en casos como Paterna o Burjassot, sociológicamente más parecidos a sus vecinos del sur). Y eso a pesar de que los comicios locales de 2015 barrieron de los ayuntamientos al PP, el partido que en los últimos tiempos ha enarbolado la bandera del taurinismo y ha denunciado los «ataques» a esta tradición por parte de los socialistas y, sobre todo, de Compromís.

La coalición tiene actualmente seis alcaldes en l´Horta Nord. De esos seis, cinco municipios „Puçol, Massalfassar, Foios, Albalat dels Sorells y Meliana„ siguen siendo lugares referenciales para los aficionados taurinos, algo que la llegada de Compromís no ha cambiado. Sólo Godella „con Eva Sanchis, también de Compromís, como alcaldesa„ suprimió en abril los «bous al carrer» al apoyar el pleno una iniciativa popular en este sentido que obtuvo 1.773 adhesiones. «Me hubiera gustado aprobar una solución consensuada entre los partidarios de la prohibición y las peñas, eliminando modalidades como l´embolat pero mantener los encierros», reconoció Sanchis tras el pleno.

Otros alcaldes no han tenido que enfrentarse de momento a esta disyuntiva. En junio de 2015, y al poco de obtener la vara de mando, el alcalde de Puçol Enric Esteve fue increpado por las peñas en un acto público por señalar en una entrevista a Levante-EMV que su gobierno de coalición (Compromís, PSPV y EU) no iba a prohibir los «bous al carrer» pero sí dejar de promocionarlos. Efectivamente, el ejecutivo que preside Esteve retiró la marca «Puçol, cultura de bou» que había impulsado el PP, pero ahí ha acabado cualquier supuesto ataque a la tradición taurina de este municipio que el pasado 7 de septiembre reunió a miles de personas en la tradicional «desencaixonà». El consistorio sigue subvencionando los gastos generales de uno de los dos días de encierros que organiza cada peña. «Lo que sí hemos hecho es extremar las medidas para garantizar el bienestar animal y, por eso, este año hemos instalado ventiladores en los cajones para evitar los golpes de calor», señala el regidor. Esteve justifica el apoyo de los gobiernos de izquierda de la comarca a los «bous» en la tradición de estos festejos y en la «aplicación del sentido común». «El principio fundamental para gobernar „añade„ es fomentar la convivencia y aquí los bous tienen un amplio apoyo. Puedo entender los argumentos de los animalistas, pero cada pueblo es un mundo. Yo no soy ningún Quijote para enfrentarme a esos molinos».

A Josep Riera, alcalde de Compromís en Meliana, también le preocupa más la convivencia con los «bous» que su supervivencia o desaparición. «Buscamos fórmulas para dar a la fiesta una organización clara y compatible con la vida del pueblo „explica„. Queremos que se fijen días donde varias peñas celebren encierros y que se diversifiquen los recorridos para que no sean siempre los mismos los que no puedan salir de sus casas».

El regidor de Meliana señala que el debate de «bous sí, bous no» no es nuevo, y menos en su partido, donde los miembros de Iniciativa o, por supuesto, Els Verds han mostrado con mayor contundencia su oposición a los festejos. Pero Riera (que, como los otros alcaldes de la comarca, viene del Bloc) recuerda que su electorado es el de Meliana, «y aquí hay gente que está a favor de los bous, otros que están en contra y otros que dicen que si se hace, que se haga de forma razonable, sin excesivos gastos y sin molestias a los vecinos. Nunca nos hemos planteado abrir ese debate porque la gente tampoco se lo plantea».

Y tampoco se lo plantea Nicolau Claramunt, alcalde de Compromís de Albalat dels Sorells desde junio de 2015. Tampoco él hace gala de entusiasmo taurino pero sí defiende la necesidad de «racionalizar» los festejos, que es otra forma de defenderlos. «El ayuntamiento ha planteado a las cuatro peñas la posibilidad de aunar gastos para abaratar costes. Y llevamos un año trabajando en cómo incrementar la seguridad y facilitar los trámites administrativos», destaca Claramunt, para añadir finalmente: «La fiesta está ahi, existe y lo mejor que podemos hacer es garantizar que sea segura y que todo sea correcto».