El patrimonio de la etapa islámica de l'Horta tiene uno de sus máximos exponentes en las torres que se conservan en algunos municipios. Si bien algunas de ellas han sido restauradas siguiendo ciudados proyectoss en manos de expertos como la de Torrent, otras aún muestran las restauraciones impropias que se hicieron hace décadas y que, en parte las desvirtuaron. Además, actualmente las torres de cuatro municipios están inmersas en planes de restauración parcial, tanto del monumento propiamente dicho como de su entorno.
El caso de mayor urgencia es el de la Torre Espioca de Picassent, en manos privadas. Actualmente sus dueños esperan el visto bueno de la Conselleria de Cultura para realizar una intervención mínima, según el proyecto de consolidación de la cubierta y colocación de una puerta que presentaron en el mes de mayo, valorado en algo más de 4.000 euros. Esta iniciativa se producía después de un año de requerimientos por parte de la dirección general de Patrimonio por el alto estado de deterioro que presenta este bello inmueble, cuyo frontal tiene una grieta de enormes dimensiones.
El expediente de Espioca se inició a raíz de la denuncia de un particular experto en patrimonio. En el informe presentado por la propiedad se reconoce que «el estado actual de la torre es muy deficiente» y que «no se han podido tomar todos los datos necesarios para una perfecta resolución» ya que «no se puede acceder al forjado superior ni a los diferebtes niveles». Por ello, se piden ayudas para acometer la obra.
Sobre el proyecto, el denunciante ha alegado al considerar que el refuerzo de bigas metálicas que se plantea como solución perforará el tapial histórico y que la capa de compresión prevista piede afectar negativamente al monumento en caso de seismo, además de haber sido prohibida en procesos de restauración en países como Italia. Además, el experto pide que se exija a la propiedad colocar un estabilizador en la fachada para que la grieta no se haga más grande, hasta que se acometa ua rehabilitación integral.
En Albal, en ayuntamiento elaboró un estudio en el año 2006 para intervenir en la torre y su entorno, que todavía no ha podido llevarse a la práctica ya que le fueron denegadas las ayudas en las diversas convocatorias de la dirección general de Patrimonio y de la Diputación de Valencia. En plan tenía un coste de 280.000 euros y consistía en una reurbanización de la plaza donde se eleva la torre y una pequeña intervención en la fachada.
En Paterna, a raíz de la entrada de Compromís en el gobierno local se ha anunciado un proyecto de intervención en el entorno de la torre, que también está protegido no sólo por formar el perímetro de un Bien de Interés Cultural sino porque en esta área se ubican las históricas cuevas, protegidas en el catálogo, que conforman un interesante paisaje urbano de chimeneas y elementos blancos. Algunas de ellas todavía están habitadas en la actualidad.
