«El abandono que sufre el tren regional es el mismo que afecta al tramo de Cercanías. Faltan inversiones desde hace muchos años para que la línea 3 sea eficaz y sostenible». Así se manifiesta la mayoría de alcaldes de los municipios de la C-3 de Renfe, a raíz de la movilización emprendida por el sindicato CGT y diversas entidades por las malas condiciones en las que está esta infraestructura que une València con Madrid por Cuenca.

El alcalde de Aldaia, Guillermo Luján, considera que «si bien se dio un pequeño paso adelante al recuperar hace meses la conexión con el centro de Valencia -interrumpida desde que se iniciaron las obras del AVE-, no es ni mucho menos suficiente porque no soluciona el problema». La frecuencia de entre 30 y 50 minutos, unida a que el tiempo de trayecto se ha alargado en 20 minutos -ir de Aldaia a València costaba 12 minutos antes del corte de la línea y ahora está cerca de 30 minutos-hace que «el avance se haya quedado en nada si no se aplican las mejoras que estamos reivindicando y a las que se comprometió el Ministerio de Fomento», añade Guillermo Luján.

Cansados de años esperando que se restableciera el antiguo trazado y tras diversos retrasos en la finalización de las obras, el mandatario de Xirivella, Michel Montaner, montó una plataforma de alcaldes de toda la línea, desde su municipio hasta Camporrobles, para poner en común la situación. De ahí salió la Declaración de Xirivella, donde se recogen numerosas reivindicaciones como la electrificación completa de la línea «que es lo que permitirá que sea más rápida y menos contaminante», insiste Luján. «La electrificación de un tramo se iba a licitar y ya no hemos sabido nada más. Vamos a volver a reunirnos para reactivar las movilizaciones y exigimos que nos reciban en el Ministerio de Fomento», añade el alcalde de Aldaia.

Su homóloga de Alaquàs, Elvira García, considera que el asunto «está totalmente estancado» ya que «la conexión con Valencia no soluciona el problema de transporte público que tenemos en esta zona, ya que ahora llegamos al centro pero con mucho retraso». La mandataria recuerda que «Fomento adquirió unos compromisos que no está cumpliendo, como el de electrificación», remarca Elvira García.

Otro de los aspectos sobre el que la alcaldesa de Alaquàs se ha pronunciado es el alto coste que tiene para los vecinos desplazarse a Valencia a estudiar o trabajar. «El tren de Cercanías no está aún integrado en el transporte metropolitano, así que lo que ganas al ir directamente al centro, lo pierdes en dinero. Y el bono transbordo metropolitano de nueva creación «cubre una necesidad parcial». Por ello, la mandataria apremia al Consell a que «la nueva Autoridad Metropolitana del Transporte avance en estos temas porque esta situación es insostenible y genera un agravio comparativo para la ciudadanía de Alaquàs respecto a los pueblos que tienen red de metro de FGV».

Por su parte, en los municipios del interior, además de la anterior problemática se suma el hecho de que el abandono de la línea agrava la despoblación, al no contar con un servicio básico de transporte de calidad. «Esta línea nos vertebra con València y también con Requena y Utiel tanto económica como socialmente», explica el alcalde de Buñol, Rafael Pérez. «Hay mucho estudiante y trabajador en nuestra zona que podría utilizar este transporte si tuviera unas condiciones mínimas. Ahora muchos deben irse a vivir a València, con el coste que conlleva, porque no hay manera de tener un transporte normal», reconoce. En ese mismo sentido se expresa Emilio Morales, alcalde de Chiva: «Si se modernizara la línea se daría un impulso al desarrollo y la economía de los municipios».

Las principales exigencias de estos alcaldes se centran en la electrificación de la línea y la renovación de los trenes, «algunos con más de 40 años de antigüedad, con los que ha habido algún incendio». «El viaje es muy lento. Tardamos en llegar a València lo mismo que en 1883, cuando se inició», insiste Pérez. Por su parte, Morales reclama «el apoyo de la Generalitat, porque su capacidad de presión ante Fomento es mayor que la de cualquiera de los ayuntamientos».

Camporrobles, sin cercanías

Una de las principales reivindicaciones la mantiene Camporrobles. «Sangrante» es su situación, exclama el alcalde de Requena, Mario Sánchez. Esta localidad, que hace frontera con Castilla-La Mancha, es la única valenciana que no se encuentra incluida en la red de Cercanías C-3. Esto hace que sus billetes para ir a València sean a veces hasta 4 euros más caros que los de la estación de Utiel. Otro problema es el de los horarios. De lunes a viernes salen tres trenes da València, «pero los horarios no están adaptados a la vida de un vecino de Camporrobles». El primero sale a las 11.09 y llega a las 13.20, cuando el último de vuelta sale a las 14.50.