La empresa promotora del festival Marenostrum Xperience ha asegurado que tiene un "plan B" ante la posibilidad de que el consejo de administración de Egusa -la empresa municipal de Alboraia que tiene la titularidad de los terrenos en los que se planea celebrar el evento- rechace la cesión del suelo en alquiler. Aunque ya ha vendido cerca de 13.000 entradas para el evento, previsto para el próximo mes de julio, la promotora todavía no ha presentado el proyecto definitivo del festival y, por lo tanto, tampoco ha llevado a cabo la petición formal para que Egusa le alquile los terrenos municipales de Port Saplaya. Aún así, la mayoría de miembros del consejo de administración de la mercantil pública ha aprobado un escrito en el que se rechaza la celebración del Marenostrum en el aparcamiento del centro comercial en pleno litoral.

Tras esta aprobación, el colectivo la Plataforma Alboraia Horta i Litoral, de la que forman parte varias asociaciones y partidos de la localidad, ha dado por "cancelado" el festival, aunque uno de los cuatro partidos que se ha mostrado contrario a la cesión del suelo (votaron a favor de este documento Compromís, PP, Ciudadanos y EUPV, mientras que el PSPV se abstuvo) ha reconocido esta mañana a Levante-EMV que la decisión del consejo es, de momento, una "declaración de intenciones". El propio presidente de Egusa, Tino Martí, ha asegurado esta mañana que al consejo no le corresponde decidir si el festival se cancela y también ha calificado de "declaración de intenciones del consejo" la votación del viernes, "ya que la petición formal de cesión de terrenos no se ha hecho". "De momento, si Marenostrum nos pidiera que le alquilaramos el suelo para el festival, el consejo de Egusa ha dicho que no quiere hacerlo. Pero no hay nada definitivo", ha asegurado el máximo responsable de la empresa pública.

Las fuentes de la empresa, por su parte, han asegurado que siguen trabajando para presentar toda la documentación que les están solicitado los técnicos municipales para poder celebrar el festival en Alboraia y han subrayado que, de momento, no han pedido aún la cesión de la parcela de Port Saplaya. Aún así, han reconocido que el rechazo de la mayoría de miembros del consejo de Egusa a que se le ceda a Marenostrum su uso para las actuaciones musicales previstas en julio podría impedir el plan original de sus promotores.

Por eso, un directivo de la empresa organizadora ha explicado esta mañana a Levante-EMV que "ya tenemos un Plan B, que podría suponer trasladar el recinto de los conciertos 500 metros arriba o 500 metros abajo". "Ya hay casi 13.000 personas que han comprado su entrada y les garantizamos que el festival se va a celebrar", ha añadido. El mismo directivo ha asegurado que otros municipios se han mostrado dispuestos a acoger el Marenostrum si éste no tiene lugar finalmente en Alboraia. "De todas formas, dudo que PP o Ciudadanos rechacen un evento que cuenta con el apoyo de los comerciantes y de los jóvenes de Alboraia, y que beneficia al turismo y a las empresas de la localidad, además de ser una importante fuente de ingresos para el ayuntamiento y su empresa", ha subrayado el directivo.

El pasado viernes, el consejo de Egusa, donde los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Alboraia tienen mayoría, votó en contra de la cesión de los terrenos del aparcamiento del centro comercial de Port Saplaya para la celebración del festival Marenostrum. Los consejeros de Compromís, PP, C's y EUPV apoyaron un escrito rechazando que la mercantil ceda el suelo para acoger los conciertos, mientras que el PSPV se abstuvo. Este periódico ya adelantó el pasado diciembre que la mayoría de los consejeros estaban en contra cesión del suelo en el que Marenostrum Xperience quiere celebrar el festival, y que la decisión de la cesión corresponde a la empresa municipal ya que es de la propietaria de la parcela.

De todas forma la empresa promotora del festival todavía no ha solicitado formalmente la cesión de los terrenos y los técnicos no han evaluado todavía el proyecto ya que aún no tienen toda la documentación requerida. Por ello, la votación que ha realizado ahora el consejo sirve para mostrar la voluntad de la mayoría de sus miembros de que el festival no se celebre en el aparcamiento de Alcampo, pero no supone el rechazo formal a la petición de los terrenos, ya que esto no se puede hacer hasta que se presente la petición.

El consejo de Egusa tiene seis miembros: dos representantes del gobierno local socialista y uno de cada partido de la oposición (Compromís, PP, Ciudadanos y EUPV). De estos cuatro partidos, tres (Compromís, EUPV y Ciudadanos) firmaron un manifiesto rechazando la celebración del festival, aunque posteriormente C's ha matizado que el partido no es contrario a que el Marenostrum se lleve a cabo pero sí a que sea en el centro comercial de Port Saplaya si se producen molestias a los vecinos. Por su parte, el PP no firmó aquel manifiesto „que también hicieron suyo varias asociaciones vecinales, colectivos sociales y empresas„ pero, al igual que C's, se ha mostrado contrario a que el evento musical tenga lugar a tan poca distancia de los edificios de apartamentos.

Así las cosas, si, cuando se presente formalmente la petición por parte de Marenostrum Xperience, los representantes de estos cuatro partidos votaran en el consejo de Egusa que no se ceda a la promotora el suelo en el que se quiere celebrar el evento, podrían impedir que, por segundo año, el Marenostrum tenga lugar en Alboraia. Eso sí, según señaló el pasado diciembre el gobierno socialista, si los técnicos municipales considerasen que el proyecto de festival es viable y cumple con todos los requisitos legales y técnicos, los contrarios a ceder el terreno deberían justificar su decisión.

La Plataforma Alboraia Horta i Litoral ha hecho público un comunicado en el que da por segura la cancelación del festival tras la votación en el consejo de Egusa del pasado viernes. "Ahora el festival dispone de más de cuatro meses para encontrar nueva ubicación, en un lugar sin impactos ambientales ni afecciones acústicas a los vecinos. Cabe recordar que en su edición del pasado mes de julio el festival se pudo reubicar en la Marina Sur de Valencia en tan solo tres semanas, por lo que los organizadores no tienen argumentos para presionar a la Generalitat con la amenaza de una cancelación definitiva del festival. Además este año la cancelación llega antes de que se haya invertido un solo euro en la adecuación de la zona, ni se haya presentado el proyecto al ayuntamiento", han asegurado.