Un gran león al estilo «Metro Goldwyn Mayer» corona el remate de la falla Dels Sorells. Le acompañan focos, figuras de Oscar, incluso John Wayne... pero para los miembros de esta comisión de Albalat estas Fallas no han sido un «western», si no más bien una película de miedo de esas en las que se espera con ansia el «The End». Ayer, las llamas terminaron «por fin» con esta edición de las fiestas josefinas marcadas por la inesperada muerte de una de las fundadoras de este casal.

«Han sido unas fiestas muy duras. Todavía estamos intentando recuperar la normalidad», explicó a Levante-EMV el presidente de la comisión, Eduardo Vidal. Como acordaron el día del suceso, la falla decidió quemar sus monumentos ayer, una semana después del día de San José. Con el permiso del ayuntamiento y de la Policía Local, el remate central ha permanecido una semana en la calle, mientras el resto de ninots y la falla infantil ha estado guarecida en el interior del casal.

«Macarronà» y merienda-cena

De este modo, el viernes hicieron la «replantà». «Vino el artista fallero, sacamos las piezas que faltaban y después hicimos una cena», señaló Vidal. También se hizo «xocolatà». Habían organizado ayer juegos infantiles para los más pequeños de la comisión, pero la coincidencia con las Trobades de Escoles en valencià les hizo desechar la idea porque la mayoría de los menores participaban también en este encuentro.

La idea era terminar las fallas «lo mejor posible, dentro de lo que cabe. No queremos olvidarnos de nuestra amiga, pero tenemos que intentar animarnos. Su familia nos lo ha pedido también», manifestó Vidal. Después de una «macarronà» para los falleros y de una cena temprana, estaba previsto que ayer se quemaran los dos monumentos, uno detrás de otro, sin interrupciones. El infantil con especial carga emotiva, ya que la niña fallera mayor es sobrina de la fallecida.