Uno de los casos más sonados y que se ha producido esta misma semana es el de María Ángeles Salvador, concejala de grupo municipal popular de Paterna y que el jueves abandonó oficialmente esta formación para ser concejala no adscrita. El asunto reviste importancia no solo por la relevancia de la propia edila (es la presidenta de la federación de Intercomparsas de los moros y cristianos y pertenece a una conocida familia de empresarios de la ciudad) sino porque ha evidenciado una crisis latente desde que el Partido Popular perdió las elecciones municipales.
En 2015, los populares (que habían tenido la alcaldía durante ocho años con mayoría absoluta) protagonizaron uno de los batacazos antológicos en la comarca al quedarse con seis ediles, empatados con el PSPV, que les superó en votos, y con Compromís. Una parte del partido culpó a la candidata Elena Martínez, la independiente que había sustituido a Lorenzo Agustí cuando dimitió por tener una doble imputación (de una de ellas fue condenado con una inhabilitación el pasado verano), quien acabó dimitiendo como portavoz.
Tomó el relevo María Villajos tanto al frente del grupo municipal como del Comité Ejecutivo del partido. Esta histórica edila y afiliada se encontró con un grupo municipal de afines a Martínez (cuatro de los seis concejales) en el que no ha acabado de cuajar la nueva organización. Tras meses de tira y afloja e incluso un enfrentamiento en un pleno, esta semana Salvador dejaba el grupo aunque ha decidido conservar el acta, un hecho que le ha recriminado Villajos, quien defiende que el escaño es del partido.
Por otro lado, también en el pleno de Paterna se han producido otras dos dimisiones en estos dos años aunque por motivos personales. Una de ellas fue la de Raúl Babi, de Ciudadanos, que fue sustituido por Miguel García. La otra renuncia fue en las filas del PSPV-PSOE: Francisco Dorce se marchó y fue sustituido por José Manuel Mora.
