Manises siempre estuvo vinculada con el arte a través de la cerámica pero pocos maniseros sabrán que en su término trabajan dos artistas urbanos reconocidos internacionalmente. Juan Antonio Sánchez, de 40 años y natural de València, y Álvaro Hernández, de 31 y vecino local, componen Pichiavo, un nombre artístico formado por los pseudónimos por los que son conocidos, Pichi y Avo respectivamente. Con murales pintados en Nueva York, Miami o Londres, entre otros, este dueto tiene su estudio de trabajo en Manises, aunque por cuestiones laborales no suelen estar mucho en su tierra. «Pintábamos por aquí porque en València era muy difícil y estamos acostumbrados a esta zona» explica Avo como motivo de su emplazamiento, más allá de ser manisero.

Los muros del extrarradio del ´cap i casal´ unió a esta pareja de artistas. Se conocieron por la reuniones de grafiteros que se hacían los fines de semana y «coincidíamos en nuestros gustos e inquietudes», rememora Pichi, más veterano en este mundo. Empezó en 1995 cuando un compañero de instituto le propuso trasladar sus dibujos del papel a una pared. «Me bautizó con un apodo americano y quería que ´grafiteara´ ese nombre pero yo tenía la inquietud de hacer otras formas» relata un Pichi cuya primera obra fue un collage de varios dibujos en su barrio de Blocs Platja en València. Por su parte, Álvaro realizó su primer grafiti en su casa «porque tenía vergüenza de que no estuviera bien» bromea. El manisero tuvo el apoyo de su hogar, pues viene de una familia ceramista y con dotes artistas, mientras que Pichi tuvo que lidiar con la mala imagen que su padre tenía sobre su hobby «hasta que le lleve una buena recompensa por un trabajo que el decía que era ensuciar las calles o perder el tiempo», comenta el artista que si tenía el amparo maternal.

El boom internacional

Para esta pareja de grafiteros, todo cambió a partir del festival RockWerchter de 2014 en Bélgica, dentro del proyecto North West Walls. «Fue el punto de inflexión, cuando nos sentimos por primera vez artistas» narra Avo de una experiencia que les llevó a ser llamados a nivel internacional y que sirvió para dar a conocer su estilo, aunque ya habían pintado fuera de España.

«Hay un termino que acuñaron en el extranjero que se llama urban mithology» explica Pichi para definir sus pinturas. Con una mezcla entre los inicios del grafiti y los del arte mediterráneo es como Pichiavo realizan sus obras. Gracias a este estilo han pintado en el estadio de los Miami Dolphins de la NFL o en un muro de Nueva York donde trabajó Keith Haring, siendo los primeros españoles en hacerlo. «La gente piensa que nos pegamos buena vida viajando pero en Miami teníamos el hotel en la playa y ni la vimos» cuenta Avo sobre el duro trabajo que significa realizar estos murales. Entre las anécdotas que cuentan están las de no ser reconocidos por artistas españoles que les hablan en inglés hasta que ellos responden en castellano o que un niño les haya pedido un autógrafo o un dibujo, algo muy difícil en su tierra.

Además, también hacen una labor social. Colaboraron con Amnistía Internacional en unos talleres y suelen responder a aquellos novatos que buscan consejo. A los futuros artistas les recomiendan que se diviertan y sobre todo que se formen, Pichi tiene Bellas Artes y Avo estudió Diseño Industrial.