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Patrimonio

Patrimonio de l'Horta en riesgo de desaparición

Los edificios modernistas de l'Horta son los más desprotegidos y abandonados por las instituciones y sus propietarios

El chalet de Garín, entre bloques de viviendas. acr c. llombart

Aunque son el testimonio de los cambios sociales y urbanos que se produjeron a principios de siglo y muchos de ellos son edificaciones singulares, los chalets y palacetes modernistas de l'Horta constituyen, hoy por hoy, el patrimonio arquitectónico más desprotegido y abandonado. En algunos casos, estas viviendas de veraneo de la burguesía valenciana ni siquiera forman parte de los catálogos municipales; en otros, la protección no evita su deterioro y expolio, ni los incumplimientos del deber de conservación de la propiedad. Salvo excepciones en municipios como Rocafort, Godella o Paterna, actualmente hay pequeñas joyas arquitectónicas a punto de desaparecer para siempre.

Uno de los casos más graves es el del llamado chalet Giner-Cortina, ubicado a las afueras de Torrent, en el límite con Alaquàs. Hace semanas se cumplieron 10 años de la movilización social que llevó a su protección como Bien de Relevancia Local. No obstante, el edificio está en ruinas y ha ido perdiendo gran parte de sus elementos singulares. Un largo litigio administrativo y judicial del ayuntamiento con la propiedad (que en parte perdió la administración local) han provocado que apenas se hayan tomado medidas.

Este palacete fue diseñado por el arquitecto Manuel Cortina como casa de veraneo para su hermana, con estilo eclectivista inspirado en el patio de los leones de la Alhambra. Durante varias décadas ha sufrido expolios, entradas irregulares y algunos incendios. Tras años de requerimientos, los dueños repararon el vallado perimetral y colocaron una puerta trasera.

No obstante, este acceso ha sido forzado en diversas ocasiones y se encuentra muy deteriorado. También, los carteles colocados en el muro trasero el pasado verano en los que se indicaba «Propiedad privada. No saltar» han sido en su mayoría borrados o arrancados.

En el terreno municipal, la última acción conocida fue el encargo de un proyecto que determinara las acciones que se han de acometer para evitar que el chalet se caiga, de forma que el consistorio tenga una base para reclamar a la propiedad. Esta decisión se adoptó al tumbar los tribunales parte el proceso administrativo por el que se les requería un proyecto de restauración con calendario de actuaciones.

En medio de un PAI

Otro de los edificios de interés que está en grave estado y ha sido objeto de todo tipo de asaltos y expolios es el llamado chalet de Garín, en el término de Burjassot, como denunciaba una asociación cultural hace unos días. Un incendio en el año 2009 hizo que perdiera parte de su volumetría original. El chalet queda inserto en medio de grandes edificaciones en un PAI inacabado del que dependía su preservación.

Un asunto aún más complejo de resolver es el del chalet de la avenida San Lorenzo del Vedat, caballo de batalla de la asociación de vecinos de la zona y objeto de una pugna administrativa entre el Ayuntamiento de Torrent y la Generalitat Valenciana. El Consell intentó escriturarlo a su nombre al morir su dueño sin descendencia y logró una sentencia judicial favorable. Pero la aparición de familiares que se desconocían ha dejado la propiedad en el limbo y nadie atiende los requerimientos municipales de limpieza y conservación.

En Aldaia, la finca de Franco Tormo, que la dirección general de Patrimonio recomendó al ayuntamiento proteger, sigue el mismo camino de los anteriores casos. El edificio no sólo está en ruinas sino que hace unos meses talaron todo el jardín monumental que lo envolvía y le aportaba valor añadido.

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