Según cuenta Susana Año, una de las madres de los niños que se han quedado sin equipo, tras el comienzo de los entrenamientos el 25 de agosto, el club empezó a organizar los grupos. «Formaron el Juvenil A y estaban mirando cómo formar el B». Año explica, que, tras muchas «idas y venidas», el grupo B se formó y el club estudiaba crear un tercer equipo.

Así, según la afectada, ante la incertidumbre de no saber si se formaría un tercer equipo, alrededor de siete alumnos abandonaron el club por diversas razones, entre ellas la «poca seriedad de la escuela», apunta. La actual situación es que no hay suficientes alumnos para formar un grupo C y aquellos jugadores que no han entrado en el equipo B se han quedado en el «limbo» y no están en ningún equipo. Año denuncia, sobre todo, «la manera en la que se ha llevado todo el proceso, caracterizada por la poca transparecia», además de «el perjuicio emocional para los alumnos». Esto supone para ellos, según Año, un «agravio comparativo, ya que el resto de compañeros sí forman parte de diferentes equipos».

Rafael Galindo, director general de la comisión gestora de la escuela del club de fútbol Walter, explica al respecto que «se está trabajando para encontrar una solución» y poder formar el tercer equipo que «por causas ajenas al club no se ha podido formar», ya que, añade, «los alumnos que han abandonado lo han hecho de forma voluntaria» y que su objetivo «es dar el mejor servicio posible».

Galindo apunta que su intención es conciliar y que el club funcione por lo que anima al diálogo entre la agrupación deportiva y los padres y madres de alumnos. «Si hay algún problema, lo primero es la comunicación entre partes».

El ayuntamiento, por su parte, ha informado de que tiene pendiente realizar una reunión con el club, que tiene la concesión de la escuela municipal, para esclarecer la situación y solucionar las trabas con la formación de los diferentes equipos.