Al mediodía la última sucursal bancaria del Barrio Orba cerrará sus puertas. Sin embargo, tras las protestas llevadas a cabo por los vecinos y la carta entregada personalmente por el alcalde de Alfafar Juan Ramón Adsuara al delegado de zona de Bankia, la dirección territorial de la entidad financiera se reunió con el gobierno local para comunicarle que va a mantener el cajero.
«Sabemos que es una solución temporal, porque tampoco nos han dicho hasta cuándo van a mantener el cajero, pero al meno los vecinos no deben trasladarse al pueblo de al lado para operaciones sencilla como sacar o ingresa dinero», reconoce la concejala Fina Carreño.
Las cuentas de todos los clientes han pasado automáticamente a la oficina de Massanassa, situada a800 metros del Barrio Orba, «una distancia que aunque parece pequeña es insalvable para una gran parte de los vecinos, que superan los 60 años de edad y que tienen problemas físicos», reconoce Carreño.
A eso se une que se trata de clientes poco familiarizados con las nuevas tecnologías y acostumbrados a tratar personalmente con los empleados de la entidad, «a los que ya conocen desde hace muchísimos años y con los que se sienten seguros».
De hecho, Carreño explica que Bankia se ha comprometido a ofrecer unos cursos de formación para utilizar el cajero.
La concejala sabe que esto no es la solución y lamenta que «Bankia no haya aceptado nuestra propuesta de establecer una oficina móvil que abra dos veces por semanas». Es por ello, que el ayuntamiento está negociando con otras dos entidades bancarias para que establezcan una oficina en el Barrio Orba, ya que a partir de mañana tan solo estarán los cajeros de Bankia y del Banco Sabadell en servicio. «Tampoco hemos recibido respuesta aún del Defensor del Pueblo», recuerda Fina Carreño.
El PSPV recoge firmas
El PSPV, por su parte, también está negociando con otra entidad bancaria y mientras tanto sigue recogiendo firmas. «Los vecinos se están volcando», afirma la portavoz, Rosa Ruz.
